José Luis Fernández

En mi última columna me posicioné en contra de hacer un segundo Centro de Salud en Ibi. Ahora me decido a hacer lo contrario en el caso del juzgado. Al insigne –es un decir- alcoyano Miguel Peralta se le ha ocurrido proponer la brillante idea de agrupar este servicio de la Justicia en su pueblo y dejar esta comarca sin nada. Ahora sí creo que el argumento de la distancia entre el servicio y el ciudadano tiene peso. Ir al médico a una distancia de entre 1.000 y 1.500 metros no es lo mismo que acudir al juzgado de guardia a 18 o 30 kilómetros (según seas ibense, colivenc o de Tibi). Y estamos hablando de dos sitios –el Centro de Salud y el juzgado- a los que, por desgracia, se suele ir con urgencia. Más le valdría a Peralta preocuparse de luchar por la industria alcoyana y aunque ya no sea conseller de ese ramo, presionar más arriba y que el Gobierno central y la Unión Europea hagan algo más que dar un puñado de subvenciones para salvar a las empresas textiles.

Si 40.000 habitantes que pronto vivirán en la Foia de Castalla no se merecen al menos un juzgado, esté en Ibi o donde sea, no veo para qué quiere tenerlo todo bien centralizado en su Alcoi del alma.

En cuanto a lo de pedir su dimisión… dejémonos de monsergas y de polémicas estériles. Si está ahí, y además elegido por el pueblo, pues que siga y cumpla con su misión. No sólo está puesto en la cúpula de la Generalitat por Francisco Camps (¿o más bien por Eduardo Zaplana…?), sino que también ganó las elecciones municipales y debería ser el alcalde de todos los alcoyanos. No le votaría en mi vida, pero no se le puede exigir la retirada por no compartir una propuesta suya. Que trabaje mejor.