Los trabajadores de Cervantes barajan convocar una huelga ante el impago de los salarios de los dos últimos meses
Escaparate/Ibi. El impago de las dos últimas nóminas y de la paga extraordinaria está provocando un ambiente de gran crispación y nerviosismo entre los cincuenta trabajadores de la mercantil Cervantes, donde comienzan a vivirse situaciones límite que podrían desencadenar algún altercado, según fuentes del sindicato UGT.
La media de las retribuciones que los empleados han dejado de percibir se sitúa en los 4.200 euros y la situación podría agravarse en los próximos meses. Para el sindicato existen motivos fundamentados de preocupación ya que el pasado 7 de junio, los accionistas de la empresa manifestaron su nula disposición a inyectar capital para una posible recuperación de la mercantil.
Además, la gerencia ya ha comunicado verbalmente a los representantes de los trabajadores su intención de extinguir Talleres Cervantes y continuar sólo con la actividad de Inyectados Termoplásticos.
Los trabajadores, reunidos en asamblea, barajan convocar en julio una huelga, que llevarían a cabo en días alternos, si no se aportan soluciones inmediatas.
La decisión de la huelga iban a comunicarla este jueves a la empresa, en la reunión que se esperaba celebrar entre los administradores judiciales, la gerencia y los representantes de los trabajadores y que no se ha producido de momento.
Esta será la última reunión antes de que el juez se pronuncie sobre la suspensión de pagos. A este encuentro asistirán los altos cargos del sindicato, entre ellos, Conrado Hernández, secretario general del Metal de la UGT, Honorato Sanfélix, jefe del gabinete jurídico y Tomás Segura, abogado laboralista responsable de esta comarca, según ha confirmado el representante sindical de la zona, José Luis Matarredona.
Deudas millonarias
Desde que se presentaron los procedimientos concursales (suspensión de pagos) en ambas empresas de la mercantil en el mes de enero, las deudas pueden haber aumentado considerablemente.
El sindicato calcula que actualmente se superen los 6 millones de euros. Sólo en Talleres, se declaró en enero un pasivo de 1.877.000, frente a un activo de 3.030.000 euros que no es líquido, según figura en la suspensión de pagos, sino que corresponde a maquinaria, existencias y cobros pendientes.
Los juzgados están a la espera de los informes definitivos de los administradores judiciales y de la gerencia para dictaminar una resolución.
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