Francisco Balaguer, de Bernardo Guillem
Por Antonio Castelló
Hace poco más de tres años, Bernardo Guillem publicaba la biografía de Juan Rico Verdú, militar y músico ibense. El volumen inauguraba la colección Gents i costums d´Ibi patrocinada por el Ayuntamiento de la villa. Ahora, nuevamente, Bernardo Guillem estrena nuevo título en la misma colección: Francisco Balaguer Mariel: compositor y director (1895-1965), y con dos patrocinadores: el Ayuntamiento y el Institut Valencià de la Música. En principio, que vea la luz un nuevo libro no es nunca cosa baladí, después, ya veremos la bondad del mismo. Y vamos a ello, no sin antes avisar de nuestra subjetividad y, también, del poco conocimiento que tenemos en materia de re lírica. Pero de esfuerzo, de trabajo, de voluntad y de seriedad, sí sabemos.
En la presentación del libro, a la que asistimos, Bernardo, en su intervención dijo cosas muy interesantes en esto de la investigación histórica y que, en verdad, queríamos oír. Dijo: entre otras cosas, que no le gustan las especulaciones; que lo que no sabe a ciencia cierta no le interesa y que, en demasiadas ocasiones, observa que unos autores copian a otros sin ningún esfuerzo por ser fieles a la verdad del dato. ¡Chapeau!
Esta honestidad de Bernardo ha condicionado, a mi parecer, buena parte de su planteamiento del personaje en su obra: el no haber nacido en Ibi. Le recuerdo que el hecho casual nada tiene que ver en este caso y podríamos especular horas y horas sobre el hecho ibense u orgullo ibense. En primer lugar, con los fundadores del Ibi moderno —todos nacidos en Xixona— como caso paradigmático, para pasar actualmente y con variantes a Juan Gil- Albert, cuyos padres eran de Ibi, a Andrés Coloma Sanjuán (Clásico), a Pascual Pla y Beltrán o, también, a la saga de los Anguiz —Anguiz García (Baeza,1839), Anguiz Gil (Alcoy,1877) o Anguiz Pajarón (Ibi, 1910)—.
Pero vamos al libro. No es nada corriente en la actualidad ir tras el personaje que prende nuestra atención durante años para contar su peripecia vital. Tampoco es corriente recorrer miles de kilómetros para atrapar el testimonio de sus parientes. Bernardo ha hecho todo esto dedicando parte de su vida para, a la postre, dársela a otro: a Francisco Balaguer. Poco a poco, a partir de unas pocas partituras encontradas en el archivo de Juan Rico, Bernardo Guillem va construyendo la vida y la obra de un gran músico valenciano. Un músico, que por obra y gracia de Bernardo, nos impresiona por su trayectoria artística y por lo cuantioso e intenso trabajo profesional. ¿Cómo se puede trabajar tanto? Conciertos, recitales, ballets, zarzuelas, obras sinfónicas, arreglos... ¿Cómo componer, interpretar, dirigir y viajar tanto? Bernardo Guillem nos da infinidad de datos —catálogo incluido de las obras de su biografiado— como por arte de magia, sacados de una chistera. Pero, la realidad es que nada hay de malabarismos ni de magia en su libro. Todo es fruto del trabajo paciente, del tesón, del esfuerzo y de esa potencia del alma y virtud preferida de Cajal que se llama voluntad.
No podía acabar este escrito sin hacer mención del estupendo concierto ofrecido por la Unión Musical de Ibi. Oportunas y acertadas las obras escogidas; especialmente creo que disfrutamos todos los presentes con Tinain y Noche de Verbena. Impresionaron por lo frescas. El pasodoble de J.M. Molina dedicado a Bernardo Guillem una obra redonda. Merece ser interpretado en Fiestas.
Bernardo Guillem, en fin, rescata para orgullo de la música y de la historia de Ibi a un personaje que hace honor a la colección que se titula Gents i Costums d´Ibi.
Mi más sincera enhorabuena Bernardo. Por favor, no pare.
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