Fitur ‘08
Por Vicente J. Sanjuán
Thackeray escribió un libro del que muchos sólo recuerdan el título, "Vanity Fair", que en román paladino significa "Feria de las vanidades". Esta es una expresión que se ha consolidado como frase hecha que significa el teatro social en el que todos participamos y representamos un papel. En este teatro hay ritos, comunicación no verbal, atuendos y actividades en función del otro con el que interactuamos.
Fitur es una feria que va mas allá de la adquisición/venta de bienes y servicios; es el lugar en el que se ponen de largo los consistorios que estrenan legislatura; un rosario de cenas, meriendas, comidas o desayunos de trabajo en el que está todo el que quiere ser algo en el mundo político provincial. Además se aprovecha la coyuntura para acudir al teatro o ir de rebajas por el centro de Madrid a costa del contribuyente.
Este año acude a la Feria el Ayuntamiento de Castalla con la única concejal de la pérfida Albión de nuestra comarca e Ibi va a enviar un delegación a modo de ojeadores para, me imagino, estar allí próximos años. Tal ver sería mas interesante un stand conjunto con Onil, Castalla o Biar pero en esta feria de vanidades todo el mundo suele disparar con pólvora de rey.
Aún recuerdo las conversaciones que tenía con Vicente García acerca del turismo en Ibi; era aquella época en que íbamos a la Feria del Helado en Alacant con unos folletos para daltónicos y él insistía en que Ibi no iba a ser nunca Benidorm. Sólo a última hora se le ocurrió pensar que además de vocación industrial, Ibi podía tener un cierto encanto turístico.
Ahora tenemos una Oficina de Turismo en un sitio donde no se puede aparcar y una pléyade de marcas turísticas pero, al menos, tenemos cierta vocación de salir fuera a mostrar nuestras posibilidades.
No hay que confundir el turismo con macrourbanizaciones (cementerio viene de cemento) ni vender lo que no tenemos, pero que algo sí podemos y debemos comunicar a los demás: un entorno natural todavía privilegiado con el Parque Natural de la Font Rotja, unes Festes d’Hivern únicas y con publicidad gratuita en todas las televisiones nacionales o una identidad vinculada al amable mundo del juguete que merece un museo adecuado.
No es mucho pero hay que venderlo con respeto al medio ambiente y con admiración por la gente que ha ido construyendo nuestra identidad a lo largo del tiempo.
PD: A Sergio el Trucha le ha salido recientemente un primo en Benejama, Sergio el Besugo.
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