Nobleza de un político
Por José Luis Fernández
Sin compartir buena parte de sus postulados, porque para mí la batalla política no debe lidiarse en clave nacionalista, sino más bien por los derechos laborales y, sobre todo, el derecho a no vivir en la miseria, siempre admiré a un concejal de Onil digno representante de su pueblo: Miquel Albero.
Le entrevisté en alguna ocasión y bastaban unos minutos para darse cuenta de que hablaba uno con un auténtico demócrata. Por tolerancia. Ahora, me entero de que se retira como concejal ¡precisamente cuando había conseguido tocar poder! Inaudito: un hombre al que aplastó la apisonadura de una mayoría absoluta intransigente de José María Rozalén durante años, pero que nunca se rindió, humilde, en la oposición, con propuestas... ahora que llega a un equipo de gobierno, fruto de una coalición, deja el cargo.
Le deseo toda la suerte con esos problemas de salud que le han apartado del ruedo público. Porque además, por si fuera poco, Miquel Albero anuncia que va a seguir trabajando en su formación política, el Bloc Nacionalista, en tareas internas. Es decir, deja a otros los honores y, sobre todo, el placer de la gestión pública, la que se hace para todos, y se sacrifica como hombre de partido, como 'currela'. Creo que hombres con esta nobleza, políticos de raza, quedan pocos. Mucha suerte y haznos llegar tus ideas, para alimentar nuestras reflexiones cotidianas en pos de mejorar -un poco, al menos- este mundo.
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