La alcaldesa, Elisa Ribera, ha hecho saber a la ciudadanía, a través de bandos y comunicados públicos, que a partir de ahora la Policía Local tiene potestad para denunciar a los dueños que dejen que sus perros hagan sus necesidades en la calle y posteriormente no recojan debidamente los excrementos y limpien la zona afectada.

Las multas oscilan entre 305 y 30.005 euros, dependiendo de la gravedad de la infracción. En cualquier caso, la multa leve, de 305 euros, ya supone un dispendio importante para el dueño del perro, dados los tiempos que corren, de forma que la medida promete calar en la sociedad y ser bastante efectiva.

El bando de Alcaldía no hace más que poner en valor la ordenanza de Limpieza Viaria y Gestión de Residuos de fecha 18 de enero de 2007, en la que se indica que “los propietarios o conductores de animales domésticos habrán de evitar que estos realicen sus micciones y/o deposiciones de excrementos fuera de los lugares establecidos al efecto, en vías públicas, aceras, zonas ajardinadas, zonas peatonales o de paso y espacios públicos destinados al paso, estancia o recreo de los ciudadanos. En cualquier caso, estarán obligados a recoger los excrementos mediante bolsas u otros sistemas que estimen convenientes los servicios municipales, que posteriormente habrán de depositar, debidamente cerrados, en papeleras o contenedores específicos instalados al efecto. Asimismo, habrán de limpiar la zona afectada”.

Nueva sopladora
En otro orden de cosas, el Ayuntamiento sustituyó la semana pasada la sopladora por otra más moderna, eficaz y silenciosa, de forma que se eviten en lo posible las molestias a los vecinos cuando la máquina comience su ruta de limpieza, a las seis de la mañana.