Casetas como setas
José Luis Fernández Rodrigo
Siempre me intrigó la norma esa de que hacen falta 5.000, 10.000 o tropecientos mil metros cuadrados, como mínimo, para tener derecho a edificar una caseta en el campo.
Ya sé que la proliferación de viviendas sin control puede convertir el paisaje que rodea nuestros pueblos en un batiburrillo de tejados, un caos de ladrillos, paredes enlucidas y cochambre que no estaría nada bien.
Por ese lado, entiendo que la Administración ponga coto y ordene un poco el patio, pero lo que ya no tengo tan claro es cuál debe ser la cantidad mínima de metros y porqué en unas zonas se permite con una superficie y en otras, no.
Como suele ocurrir con tantas cosas del urbanismo, las tentaciones del negocio siempre priman sobre cualquier otro criterio y lo más probable es que sesudas mentes se hayan sentado a decidir, por ley, que hagan falta bastantes metros de tierra para construir. De esta forma, el precio del suelo aumenta, el promotor puede justificar los sablazos que mete al incauto particular y “España va bien”. Bueno, habrá que buscar otra frasecilla para este nuevo Gobierno, si es que no se pone las pilas de una vez y le mete mano al principal problema de sus ciudadanos: tener casa.
Tanto revuelo organizado con el referéndum por la Constitución Europea, que está llena de buenas intenciones y declaraciones para la galería que muy poco afectan a la vida cotidiana de las personas, y nadie se acuerda de que nuestra Constitución Española no pasa de ser un libro en una estantería.
En esa Carta Magna se hablaba claramente del derecho a tener una vivienda digna, y de otras muchas cosas básicas. Ya lo decía aquel político honesto y tan despreciado, Julio Anguita, pero se le burlaban… “programa, programa, programa” . Por favor, casetas para todos, a buen precio y sin tener que comprar una finca enorme.
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