Yankees go here
José Luis Fernández Rodrigo
Aunque lo mío no es el inglés, me permito cambiar el eslogan antiamericano clásico de ‘yankees go home’, o sea, que se vayan a su tierra, por el contrario, es decir, que se vengan para acá.
Estoy seguro de que si el omnipotente presidente W. Bush viajara más y mejor, sin su corte diplomática ni guardaespaldas, con su familia y en plan turista, tendría mucha menos agresividad encima.
Si conoces mundo entenderás que sólo hay una minoría de violentos, de sanguinarios asesinos como los que trajeron la muerte a Atocha. Y sobre todo, comprenderás que la forma de luchar contra esa barbarie no consiste en invadir un país, sino en dejar de fabricar armas y encomendar a un árbitro imparcial, la ONU por ejemplo, que vigile para que nadie las fabrique tampoco. ¿Utópico? No, lo que pasa es que no interesa reventar un buen negocio para todos. ¿De verdad podría algún país del llamado Tercer Mundo, o de los que están “en vías de desarrollo”, montar una industria de armamento si se pusieran de acuerdo EEUU, Europa y Japón en dotar de soldados humanitarios a la ONU como auténtico gendarme del mundo?
Pero hoy en día, los esfuerzos de estos gobiernos poderosos no van en esa dirección.
Y para colmo, el que se autoerige en gendarme del mundo promete más guerra “contra el terrorismo internacional” y sus paisanos le votan entusiasmados.
En el medievo, la Santa Inquisición apelaba igual que ahora W. Bush, pero entonces era contra los infieles y herejes... cambian los términos, aunque en el fondo, siempre es la misma lucha disfrazada de honorables intenciones: la guerra del rico contra el pobre.
Lo peor de todo es que una parte representativa del pueblo norteamericano –decir la mayoría da risa, con el sistema democrático patatero que tienen- quiere a W. Bush y le acaba de dar oxígeno en las urnas para seguir matando.
[volver]