Escaparate/Ibi. En tres días, como estaba previsto, se ha realizado todo el traslado de material del instituto Barrachina a las aulas prefabricadas. Las tareas de mudanza las ha realizado la brigada municipal y los quince alumnos del programa de Garantía Social, con la ayuda del profesorado y del alumnado que “voluntariamente ha querido participar”, explica el jefe de estudios, Juan Manuel Dávila. Precisamente, sobre las críticas que se han hecho a esa colaboración de los estudiantes, Dávila opinaba que han sido “exageradas y fuera de tono”, puesto que, añadía, “a nadie se le ha obligado y, en todo caso, los alumnos sólo han ayudado a sacar cosas de las aulas y a colocarlas en las prefabricadas”. Para el jefe de estudios, ha sido un trabajo en equipo “porque era importante estar instalados cuanto antes y en el menor tiempo posible”.

En estos tres días, cada alumno ha perdido en total entre dos y tres horas de clase, cumpliéndose, casi a rajatabla, con la planificación inicial. En cambio, no ha habido apenas colaboración de los padres, como solicitaba en una circular la dirección del instituto. “Han venido muy pocos, suponemos que por cuestiones de trabajo”, indicaba Dávila.

Algunos arreglos

El jueves, los casi 500 alumnos, reanudaron la actividad académica en las prefabricadas, donde permanecerán, al menos, 18 meses. Estos días, se está completando todavía la instalación ya que no hay línea telefónica, ni están operativas todas las conexiones de luz (no hay timbre para avisar del inicio y fin de las clases). También se está colocando el ascensor.

El edificio del instituto está ya casi vacío y, según el concejal de Educación, previsiblemente a principios de semana, la empresa iniciará los trabajos de demolición.