Un total de 30 bomberos y diez vehículos han participado en la extinción del incendio de la empresa Hega
Escaparate/Ibi. Uno de los almacenes de la fábrica Plásticos Hega quedó el martes totalmente arrasado por las llamas, tras el incendio que se desató a las 21,15 horas, por causas que todavía se desconocen, aunque se apunta a un cortocircuito como el origen del fuego.
La gravedad del incendio, al tratarse de productos altamente inflamables, hizo necesaria la intervención de una amplia dotación material y humana del Consorcio de Bomberos de la provincia, compuesta por seis vehículos de los parques de Ibi y Cocentaina, dos más de Villena y Elda, un autobrazo de San Vicente del Raspeig y otro vehículo del parque de Crevillente. En total, treinta bomberos participaron en las labores de extinción, además de efectivos de la Guardia Civil, Policía Local y Protección Civil.
La empresa, que ocupa una gran manzana del polígono industrial Alfaç 1, entre las calles Huelva, Sevilla y avenida del Juguete, se dedica a la fabricación de menaje del hogar y tiene una plantilla de cerca de 100 trabajadores. Gran parte del producto acabado se almacenaba en la nave, de dos plantas, que ha quedado reducida a cenizas.
Además, según ha explicado a este periódico el gerente Alberto García, el fuego ha destruido varios moldes, carretillas y el ascensor montacargas. García se mostraba ayer muy abatido por el grave incidente que calificaba de “duro golpe”. Manifestaba que “nos ha paralizado ya que de momento desconocemos la dimensión de los daños”.
En el momento de iniciarse el fuego, varios empleados seguían trabajando en la empresa, aunque al parecer ninguno fue testigo directo del comienzo de las llamas.
Una dotación del subparque de bomberos de Ibi acudió inmediatamente al lugar y fue necesario cortar el suministro de agua en varias zonas de la localidad para conseguir más presión. Pero las dimensiones del incendio precisaron la participación de más efectivos. Según el cabo de bomberos de Ibi, una vez desatado el fuego, la única preocupación fue que no se propagase a las naves colindantes. Afortunadamente, añade, el gran pasillo central que separa las distintas naves que tiene la empresa, actuó de cortafuegos.
El humo, negro y espeso, y las llamas podían verse desde varios puntos de la localidad y fue preciso que la Policía Local y la Guardia Civil acordonaran toda la zona para prevenir y mantener la seguridad ya que fueron numerosos los vecinos que acudieron al lugar para interesarse por este incidente, sobre todo, empresarios de fábricas próximas.
Sobre las 23,30 horas del martes, los bomberos lograban controlar el fuego y las máquinas de inyección y los equipos de refrigeración, no resultaron afectados. Quince horas después de comenzar el incendio todavía había llamas en el interior del almacén, al que no podían acceder los bomberos por el peligro de derrumbe.
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