Sergio Garfia/Escaparate. Hubo dos partidos totalmente distintos en este Quatretonda-Onil. El primero, normalito, que se jugó en la primera mitad, y donde los de Sánchez supieron aprovechar mejor que sus rivales las ocasiones de que dispusieron (en una de ellas, Dani, de fuerte disparo desde la frontal del área, hacía subir el que, a la postre, sería único tanto visitante).

Y un segundo partido, que comenzó a los pocos minutos de la reanudación. Para entonces, gracias a un error defensivo de los nuestros, los valencianos ya habían empatado. Y fue precisamente al lograr el segundo gol cuando se desencadenó todo. Los jugadores colivencs comenzaron a protestar airadamente que el tanto había llegado previa falta al guardameta Rubén, pero el colegiado no lo consideraba así. En cuestión de segundos, las protestas fueron derivando en insultos y, casi con la misma celeridad, el colegiado mando a los vestuarios a Rubén, Tito y Marcos; jugadores que fueron a reunirse con Javi, también expulsado minutos antes por doble amarilla (por cierto, segundo partido consecutivo que no acaba Javi).

Como quiera que los blanquiazules se habían presentado al partido con sólo once efectivos, Sánchez no tuvo más remedio que colocar al autor de uno tanto colivenc, Dani, como improvisado cancerbero. Y de ahí hasta el final, el Onil no pudo hacer otra cosa que aguantar el chaparrón y esperar a que pasasen los minutos.