Sobre la XXI Trobada d’Escoles Valencianes ha planeado una nube negra que ha acabado por descargar con intensidad sobre el alcalde, José Luis Prats, acusado por la oposición, algunos medios escritos y digitales y diversos sectores de la sociedad castallense, de “censurar” el concierto de los grupos locales Pellikana y Entelèkia.

Ambas actuaciones estaban contempladas por la organización de la Trobada, y de hecho aparecían anunciadas en el tríptico oficial, pero tanto el primer edil como el concejal de Educación, Juan Pablo Gosálbez, concluyeron que un concierto de rock a las once y media de la noche “estaba fuera de lugar” para un evento destinado a personas en edad escolar. Asimismo, el alcalde explicó a este periódico que la legislación obliga a comunicar eventos de este tipo “al menos con tres meses de antelación”, para poder preparar la infraestructura necesaria.

Posteriormente, el Centre Cultural Castellut intentó organizar los conciertos por su cuenta en la comparsa Piratas: “Seguía siendo lo mismo, pero ahora sin tener licencias”, afirmó el alcalde. Así que se desestimó la actuación de Pellikana y Entelèkia en cualquier ubicación, una decisión motivada por “cuestiones técnicas” y no personales, según el primer edil, quien aseguró que ambos grupos, y cualquier otro, “saben de sobra que tienen a su disposición las instalaciones municipales, siempre que cumplan la normativa”.

Prats rechazó de plano las acusaciones de “veto” y “censura” y explicó que el Ayuntamiento ha aportado 9.000 euros para la Trobada, además de facilitar infraestructuras y servicios, pero que, sin embargo, la organización “ha manipulado a menores y les ha hecho ver cosas que no son, jugando con la ilusión de unos chicos que querían tocar y politizando la Trobada”.

Prats concluyó afirmando que “se nos ha tachado de dictadores e intolerantes con los que opinan diferente a nosotros, pero el tiempo pondrá a cada uno en su sitio”.

Ante la imposibilidad de tocar, Pellikana y Entelèkia improvisaron el día de la Trobada una pequeña actuación en la plaza de la Font Vella, donde contaron con el apoyo de numerosos vecinos y compañeros músicos.