Por José Luis Fernández
Todos hemos oído hablar en alguna ocasión de la decisión salomónica que tomó fulano o mengano, como sinónimo de justicia. Estoy de acuerdo y me gusta esta expresión. Cuando uno discrepa, con frecuencia es la mejor postura: conceder al otro una parte de razón, no atribuirnos a nosotros mismos toda la razón. Con generosidad, se puede encontrar la tercera vía, ni para ti ni para mí, el duro (ahora euro).

Parece ser que en Esquerra Unida pensaron así cuando se enfrentaron al enojoso asunto de la disputa por el sueldo en el Ayuntamiento de Ibi, hace ahora un año, entre sus entonces dos concejales, Javier Rico y José García Gea.

Con el fin de apaciguar los ánimos, propusieron un reparto casi a la mitad de esas retribuciones para cada uno y con una aportación de ambos a la propia estructura de EU, en coherencia con su ideología de equipo, de esfuerzo colectivo. Según consta ante notario, Rico no quiso.

Me da pena ese gesto, porque aplaudo su iniciativa y valentía para crear posteriormente un nuevo partido político de inspiración asamblearia. La propuesta de Esquerra Unida era salomónica y pudo aceptarla. En fin, agua pasada no mueve molino, ojalá en las próximas elecciones haya votos para todos los bienintencionados, por lo menos.

Otras decisiones salomónicas interesantes podrían ser, por ejemplo, instalar aerogeneradores en la comarca, pero en zonas poco accesibles o atractivas a la vista; también, asumir el sobrecoste de las parcelas del polígono industrial de Ibi, por la mala gestión de PSOE y PP, pero que no sean los empresarios quienes lo paguen, sino las administraciones; resignarse a que unos cuantos fabricantes se irán a explotar esclavos a China, pero dar tantas facilidades y ayudas a los que se queden, que les resulte más ventajoso buscar la calidad que el precio barato; aceptar que los promotores acaparen suelo para especular, pero construir todas las viviendas protegidas y económicas que necesiten los jóvenes... (continuará)