El propietario del Molino de Papel invertirá alrededor de 2 millones de euros para la construcción del hotel
Escaparate/Ibi. A esperas del estudio económico, a principios de mayo, el propietario del Molino de Papel, Andrés del Val tiene previsto solicitar las licencias municipales para iniciar los trabajos de rehabilitación de este edificio de principios del siglo XIX. Con una inversión aproximada de 2 millones de euros, el Molino de Papel se convertirá en el primer hotel rural de Ibi y uno de los más emblemáticos de la comarca por su ubicación y por el edificio que ocupa.
Según ha explicado a este periódico su actual dueño, la intención es comenzar las obras durante este año aunque sobre el plazo de finalización, prefiere no anunciar fechas. Los trabajos van a consistir en la restauración del edificio para crear veinte habitaciones y un centro de convenciones, pensando para dar servicio a empresarios de la comarca. También se creará un pequeño restaurante para los clientes del hotel y de las reuniones de negocios.
“Pretendo crear un hotel rural con encanto”, señala Andrés del Val. Además del servicio de habitaciones también se construirá una piscina y jardines en el espacio que queda entre el Molino y el lavadero y una zona de aparcamientos a la entrada. La pinada se intentará conservar aunque su propietario ya adelanta que los árboles no se encuentran en muy buen estado.
Trabajos de restauración
El proyecto, que actualmente está siendo redactado por un gabinete de arquitectos, contempla la restauración integral del edificio sin añadir ninguna construcción nueva. La cimentación es “muy buena”, según el propietario, ya que el Molino fue construido para poder soportar el gran peso de las máquinas de fabricación de papel de fumar. Lo que sí será necesario es cambiar toda la cubierta por su mal estado.
En cuanto al interior, Andrés del Val señala que tan sólo se conserva una pila donde se amasaba el papel y, que por supuesto, ésta formará parte de la decoración.
Por otra parte, la puesta en marcha del hotel supondrá la creación de siete empleos directos, según apuntaba su actual propietario. “La comarca de la Foia de Castalla es una zona poco explotada a nivel de insfraestructuras hosteleras y además nosotros contamos con una ventaja, que es el edificio”, señala Andrés del Val.
Nieto de Josefina Bosch-Labrus, quien fuera la última propietaria del Molino, Andrés del Val, director comercial, considera que es una buena oportunidad desarrollar este proyecto mucho más que vender el edificio al Ayuntamiento para que fuera éste, quien a través de una concesión, explotara el servicio. Aunque residente en Madrid, Del Val mantiene buenas relaciones con Ibi hasta el punto de que en varias ocasiones ha participado en las fiestas de Moros y Cristianos.
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