Urkullu ha hecho el capullu
Hay una asimetría básica en el mercado político español. Si manifiestas abiertamente tu hostilidad por cualquiera de los nacionalismos llamados "periféricos" eres un españolista o un facha de mierda mientras que si deseas abiertamente el fracaso de un proyecto de la nación española eres un sufriente nacionalista.
Imaginemos un torneo internacional de cortadores de troncos o de lanzadores de piedras o de traineras en el que los vascos compitieran como vascos, e imaginemos que yo me decantara por cualquiera de sus rivales; Urkullu se mofaría de mí o me diría españolista de mierda mientras que si el tipo se alegra de la victoria de Rusia contra España yo no le puedo decir vasco de mierda so pena de ser más que políticamente incorrecto. Poco le hubiera costado desentenderse de la pregunta o decir que para que gane un equipo de un país lejano como el ruso que gane uno en el que hay algún que otro vasco; pero no, el tipo tiene que insultar y dar la nota de ofender gratuitamente a los españoles y a los vascos que se sienten vascos y españoles a la vez. Con los problemas reales que tenemos y nos tienen que sacar una y otra vez el espantajo de la nación históricamente (o histéricamente) ofendida.
El tema del nacionalismo insultante y antiespañol es tan malo como el españolismo insultante y antivasco (o anticatalán, o antigallego o antiloquesea) y la principal lacra que tenemos actualmente en el Estado español son los nacionalistas extemporáneos y tocapelotas que se dedican a segregar victimismo sistemático y odio hacia lo ajeno como forma de fijar la identidad nacional a hostias. En unos tiempos de construcción nacional legal-racional de derechos naturales del hombre y en un mundo mestizo sobran los derechos de los pueblos o el insulto hacia el que no siente tus colores nacionales.
A estas alturas de la vida tendríamos que darnos cuenta que a los españoles nos unen más cosas que las que nos separan pero que sí es cierto que hay diferencias entre unas comunidades y otras como las hay entre mi hermana o yo o entre las que hay entre Onil y Castalla. No hagamos metafísica de la diferencia o acabaremos mandando einsatzkommandos a las regiones inferiores, la única fuente de derechos y obligaciones es el individuo no el pueblo.
PD: Urkullu, chúpate esa!
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