SG/Castalla. El pasado domingo fue rescatada en el paraje de Planises (Castalla) un ejemplar de águila perdicera que había sido herido por un disparo de caza. En concreto, el animal, de apenas un año de vida, tenía incrustados entre su musculatura y sus huesos un total de 17 perdigones de plomo; hecho que le había producido, entre otras lesiones, una fractura en el radio de una de sus alas y numerosos hematomas. Entre éstos, uno en el abdomen y otro cerca de la cabeza que, en principio, fueron los que más alarmaron a los veterinarios. Según ha podido saber Escaparate, el ave rapaz fue entregada a un particular de Castalla por un cazador del municipio que había sido testigo del disparo, y que sabía de la ilegalidad en la que se había incurrido (al parecer, este cazador acompañaba al autor material de la acción, de quien se desconoce su identidad). En la mañana del lunes 30 de agosto, el águila fue trasladada a las dependencias de la Policía Local de Ibi, donde los agentes tramitaron con urgencia su traslado al Centro de Recuperación de Fauna Santa Faz, en Alicante. Tras el pertinente examen médico, el animal fue operado con éxito el pasado martes y, en el momento de redactar esta información, permanecía en la sala de hospitalización de Santa Faz, adonde continuará como mínimo otros diez días, según fuentes del centro. Según el Catálogo Valenciano de Fauna, el águila perdicera está considerada actualmente como un animal “vulnerable” y, por tanto, miembro de una especie que hay que proteger. Por tanto, atentar contra alguno de estos ejemplares, según el artículo 3/34 del Código Penal, está castigado con pena de prisión que puede ir desde los seis meses hasta los dos años de cárcel.