Me recuerdas a Santa Lucía
Por José Luis Fernández Rodrigo
Qué emotiva canción de Miguel Ríos, Santa Lucía, y qué nostalgia se enciende en el ánimo de cualquier ibense cuando mira a ese cerro del pueblo que lleva el mismo nombre, mucho antes que la melodía y las estrofas compuestas por Roque Narvaja.
“A menudo me recuerdas… a alguien”.
Posiblemente sea nostalgia de la que el maestro Dr. Perich, el dibujante y mago del humor de palabra y pincel, define con tanta gracia: “Nostalgia es recordar el pasado como nos hubiera gustado que fuera… recordarlo como fue realmente no nos produciría nostalgia”.
En fin, afectos de gente de pueblo aparte, la ermita de Santa Lucía y su entorno merecen todas las protecciones urbanísticas que haya que echarse a la boca con la ley en la mano.
Será por espacio para construir… en este valle amplio y fértil donde el cultivo que más germina es el industrial, el que da riqueza al mayor número de seres humanos.
Busquen solares hacia el sur, con vistas al mar que no se ve, el que se esconde detrás de Tibi y el Maigmó.
Y si alguien compró terreno en Santa Lucía, que se le faciliten los trámites para edificar en otro sitio, sin compensaciones económicas, porque legales o no, las intenciones de ponerle pisos al cerro no se merecen aplauso ni indemnización.
A ver si ahora nos tratan como más sagrado el negocio de la enésima promoción de viviendas que el salvamento de nuestro paisaje y nuestra historia natural.
Antes de que las normativas nos frenen, la propia conciencia debería convencernos de dónde hay que apilar ladrillos y dónde arreglar senderos, colocar barandillas y hacer el paseo agradable, entre almendros, oliveras y alguna aliaga.
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