Escaparate/Ibi. Al menos unos 3.000 kilos de basura es lo que había almacenado en una vivienda de la calle Conill cuya propietaria, que responde a las iniciales A.G, padece el Síndrome de Diógenes, un trastorno mental de la tercera edad que quienes lo sufren llegan a acumular grandes cantidades de basura en sus hogares y viven voluntariamente en una pobreza extrema.

Las denuncias de los vecinos, por malos olores y presencia de roedores, fue lo que alertó a los responsables municipales que intentaron, en un primer momento, entrar en el domicilio para comprobar la situación, pero la dueña lo prohibió. Debido a ello, el Ayuntamiento solicitó una autorización en el Juzgado y ha sido el abogado de la propietaria, quien la ha convencido, finalmente, para que abra las puertas de su casa.

La situación con la que se encontró la brigada de limpieza de la empresa FCC fue terrible, según explica el concejal de Seguridad, Miguel Ángel Agüera. “Hubo que entrar de lado porque había bolsas de basura hasta la misma puerta y los trabajadores tuvieron que usar mascarillas debido al fuerte olor”. Además, los insectos y los roedores habitaban también en la vivienda y nadie se explica cómo la dueña sobrevive sin ninguna enfermedad grave.

La brigada, explica el concejal, llenó por completo un camión de recogida de basura y se efectuó posteriormente una limpieza y desinfección en todas las habitaciones de la casa. Asímismo, se ha dado parte a los Servicios Sociales para que atiendan el caso.

Aunque se veía a A.G frecuentemente recogiendo basura por las calles con un carrito, se desconocía el estado en el que se encontraba su casa.