Sola ante el peligro
José Luis Fernández Rodrigo
La valentía debería ser una virtud en política. La alcaldesa de Ibi, Maite Parra, ha demostrado desde sus inicios en la cosa que tiene pundonor para aguantar lo que se le presente.
En la oposición al entonces todopoderoso PSOE que gobernó dos décadas el Ayuntamiento, Parra soportó humillaciones de sus rivales políticos y, me atrevería a decir, que incluso dentro de sus propias filas, por parte de algunos ¿compañeros? suyos de siglas que no daban un duro por ella.
Cuando por fin y, contra pronóstico, una tocada de sus partes del ex diputado y ahora concejal de la oposición Rafael Martínez Ais la aupó a la Alcaldía, tuvo que formar gobierno avalada con los votos de unos emergentes independientes. Y a qué precio.
Por el ruido que se montaba cada dos meses, daba la sensación de que en Ibi había dos alcaldes, ella y Nicolás Martínez. La aritmética caprichosa de los votos había forzado un matrimonio de conveniencia muy poco avenido.
Pero esas matemáticas se rompieron con el tránsfuga José Valdés. Y no ha tardado la alcaldesa en aplicarse el cuento ese de “más vale solo, que…”
En fin, ya veremos si todos estos movimientos políticos repercuten en la gestión del dinero de todos, o la dejan gobernar según su criterio, de una vez.
Tiene a su favor que arrastra pocos prejuicios personales contra nadie y, se puede decir, que posee ese don ahora tan de moda llamado “talante”. ¡Sí, el de ZP!
Paradojas del destino, ¿verdad? Me da a mí que a los españoles –y a los ibenses también- les gusta ahora tener gobernantes discretos, eficientes, por supuesto, pero que antes que nada sean buena gente. Menos carismas y grandes discursos para embaucar, como en otros tiempos recientes. Si hasta ganó las elecciones alguien como Aznar… la antítesis del líder seductor.
Su único peligro es que le boicoteen los de la oposición, que ahora son mayoría. Pero creo que queda algo de coherencia en las filas del PSOE, que hasta ha empezado una honesta renovación, y no se aliarán con formaciones políticas antagónicas a sus principios. ¿No?
[volver]