Los padres del Cervantes denuncian “la extrema lentitud” de las obras de adecuación del colegio
Escaparate/IBI. Los padres del colegio Cervantes han denunciado esta semana la “extrema lentitud de las obras” de rehabilitación del centro. Temen que esto pueda retrasar considerablemente la finalización de las mismas y por tanto se prolongue la estancia de los 210 alumnos en las aulas prefabricadas. La Directiva del AMPA asegura que, desde julio, el número de obreros que trabaja en la reforma del centro es muy reducido. El malestar de los padres ha aumentado esta semana después de averiguar que los dos operarios que actualmente trabajan en el centro se marchan este viernes. Ante el temor de paralización de las obras, el AMPA ha enviado dos escritos a Conselleria y a la empresa pública encargada de las obras de educación, Ciegsa, reclamando información y mejores condiciones para las prefabricadas.
Vicente Penadés, gerente de Caypen, constructora contratada para esta reforma, ha asegurado a este periódico que las obras no están paralizadas y que siguen su curso “normal”. Penadés ha reconocido que este viernes acaban los dos operarios encargados de chapar las paredes pero que en los próximos días, acudirán otros profesionales a trabajar.
Falta de información
Desde que las obras comenzaran en abril para supuestamente cuatro meses, los padres han estado reclamando reiteradamente conocer la fecha de finalización, el proyecto de reforma del colegio y el inicio de la construcción de un nuevo edificio para acoger las aulas infantiles, el comedor y el pabellón deportivo. Ante la escasa información recibida, el AMPA ha enviado este jueves una carta al responsable de Ciegsa para solicitar por escrito toda esta información.
La presidenta del AMPA, Carmen Gallego, recuerda que las aulas prefabricadas se concibieron para un periodo de cuatro meses. Pero ahora que se está alargando el tiempo de permanencia, las condiciones de las aulas no son las adecuadas. Por ello, han reiterado las peticiones, por escrito, que desde septiembre solicitaron a Conselleria. Los padres piden el cerramiento del pasillo para evitar corrientes de aire, el desvío de las aguas pluviales que se vierten a la zona de juego infantil y la habilitación de más espacios para desarrollar la actividad docente como una biblioteca, un aula de informática o un gimnasio.
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