Generalitat autoriza la fase 2 de Los Campellos (Castalla Internacional) cuando las 410 viviendas ya están construidas y algunas habitadas
Escaparate/Castalla. La conselleria de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda publicó el 7 de noviembre en el Diario Oficial de la Comunidad Valenciana (DOCV) la declaración de impacto ambiental del proyecto de urbanización de 410 viviendas en Los Campellos 2 (Castalla Internacional), el cual autoriza siempre que se cumplan dos requisitos: la ampliación de la depuradora de agua y la clausura del vertedero de inertes que se encuentra en los aledaños del complejo.
Se da la circunstancia de que, a pesar de que estas dos premisas no se han cumplido, la segunda fase de Castalla Internacional ya está acabada y la mayoría de las casas habitadas desde hace más de un año.
El PSOE ya denunció en su día, y ahora lo ha vuelto a hacer, que las condiciones en que viven los vecinos de esta segunda fase no son las adecuadas, además de que estas 410 viviendas no deberían estar ni construidas, dado que no se ha ampliado la depuradora (cuyo proyecto es de enero de 2006) ni se ha clausurado el vertedero (actuación que cuenta con informe favorable desde noviembre de 2005).
Desde el Partido Socialista exigen saber “qué piensa hacer el Ayuntamiento al respecto”, mientras que lamentan que en Castalla se ponga tanto énfasis en el aspecto urbanístico, en detrimento de otros más importantes como cultura, educación o sanidad.
En este sentido, desde el Ayuntamiento se afirma que antes de fin de año está previsto que se empiecen a acometer ambos trabajos, que contarán con un depósito de 5.000 metros cúbicos de capacidad, amén de la reconversión del vertedero.
Desde el Bloc, su portavoz, Tino Bernabeu, acusa al Consistorio de tener una “doble vara de medir”: por un lado, afirma, “el Seprona denuncia ante un juzgado de Ibi a un centenar de castallenses por construir ilegalmente en el campo; y, por otro lado, una promotora construye 410 viviendas sin licencia de obras y con un informe medioambiental desfavorable y, en lugar de pararle las obras e imponerle una sanción económica, prometen a los residentes limpieza, seguridad, servicios y sanidad a cambio de un puñado de votos para que siga todo igual”.
El edil nacionalista añade que, si esto fuera Marbella, “se hablaría de amiguismo, corrupción, tráfico de influencias y prevaricación; en cambio, como es Castalla, si et foten, calla”.
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