Escaparate/Ibi. Aunque 'el hombre del tiempo' había anunciado lluvia, el sol y las altas temperaturas de la mañana no hacian presagiar ningún contratiempo.

Pero finalmente los pronósticos meteorológicos se cumplieron y los festeros del bando moro tuvieron que interrumpir durante más de una hora el desfile debido a la gran tomba de agua que cayó en tan sólo media hora dejando completamente inundadas las calles de Ibi. El fuerte aguacero que cayó ayer sobre las 19,30 horas obligó a festeros y público a abandonar las calles refugiándose en portales y en bares para no terminar completamente empapados de agua.

Afortunadamente, la tormenta pasó y la Entrada Mora pudo reanudarse pero sin la presencia del numeroso público que apenas una hora antes llenaba las tribunas y las sillas. Aún así, los festeros pudieron disfrutar del principal acto de las fiestas de Moros y Cristianos que, pese a este contratiempo, brillaron un año más por la espectacularidad y originalidad de los boatos y el colorido y la variedad de los trajes en todas las comparsas.

Por la mañana, las calles por las que transcurren el desfile de la Entrada Cristiana se llenaron por completo de un público entusiasta que participó activamente con sus aplausos de la fiesta.

El acto contó ayer con una elevada participación de festeros que provocó que se alargara más de lo habitual.

La comparsa Mozárabes abría el desfile con su capitán Ramón Climent y su abanderada María Teresa Amorós que deleitaron al público con un esmerado boato que imitaba un mercado medieval y la variedad de los trajes especiales que lucieron las escuadras.

También destacó en la Entrada cristiana, la participación de los Guerreros que celebran este año su 75 aniversario. Capitanes y abanderadas de todos los años participaron en el desfile con motivo de la conmemoración, en la que además, la comparsa lució los tres trajes que ha tenido.

Por la tarde, las comparsas moras volvieron a hacer gala de su majestuosidad con la entrada triunfal del capitán de los Mudéjares, Jaime Jover Belmonte y la abanderada, Mónica Ibáñez Carbonell. Ambos estuvieron acompañados por un gran número de familiares y amigos y por todos los festeros de la comparsa en su entrada triunfal en la villa.