Democracia en Onil
JOSE LUIS FERNANDEZ RODRIGO
Hace algún tiempo que veo detalles poco democráticos en Onil y, por lo que se avecina, parece que la cosa va a estallar en breve. De antemano matizo que no creo que a los ‘colivencs’ les falte talante –como dice ahora nuestro presidente ZP- sino que hay ciertas actitudes perfectamente legales que, en mi opinión, desvirtúan la soberanía del pueblo.
Para empezar, el candidato más votado en las últimas elecciones, y con diferencia, fue José María Rozalén, pero eso no le ha servido para repetir como alcalde. Siempre defenderé que quien gana en las urnas tiene de coger la vara de mando.
Por eso, no comparto el baile de nombres en la alcaldía de Onil, con coaliciones y otras maniobras.
Ahora, lo que me pareció inadmisible, desde varios años atrás, es la actitud intolerante y absolutista de Rozalén cuando estaba en el poder. Ya sufrí en mis carnes aquella prepotencia cuando cometí el grave atrevimiento de grabar una sesión plenaria. Sí… yo. Un periodista, con una grabadora. ¿Qué extraño, no? Pues el a la sazón alcalde me mandó a la Policía y todavía debe estar en algún cajón del retén la cinta con tan confidencial información.
El Partido Popular haría bien en elegir mejor a sus candidatos, porque la cabra tira para el monte, y ahora empieza a estallar ese comportamiento de ‘ordeno y mando’ tan al gusto de este ex alcalde. Y ya hay cuatro concejales compañeros suyos que no van a soportar más.
¿Crisis? Seguro. Y si la derecha de Onil no se regenera y cambia los modos que introdujo su jefe de filas, puede perder ese respaldo mayoritario que tuvo en la última cita en las urnas.
Por si alguien tiene dudas, Rozalén no ha hecho declaraciones y no se siente obligado a abrir el pico. Muy propio de él, el adalid de la transparencia.
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