El equipo de gobierno ha aprobado dos modificaciones dentro del Plan Especial de Protección del Casco Histórico, que permitirán continuar preservando el entorno más emblemático de la localidad.

Una de estas modificaciones afecta a la edificabilidad en la zona situada a las faldas del castillo. De este modo, a partir de ahora, en las construcciones que se permitía 11 metros de altura, se baja a 9,5 y en aquellas donde la altura máxima era de 9,7 se reduce a 7,5 metros.

Con esta medida, explica la alcaldesa, Magdalena Martínez, se pretende evitar que se repitan situaciones como las que se han derivado de la construcción del polémico edificio Sorolla.

La otra modificación introducida en el Plan Especial de Protección hace referencia al pavimento de las calles. El Ayuntamiento abre la posibilidad de que la piedra natural, de obligado uso hasta el momento, pueda ser sustituida por otro material de características semejantes pero más económico.

La primera edil considera que el elevado precio de la piedra natural hace inviable su utilización de forma generalizada y “se reservará para las calles más céntricas y principales y también en plazas”, dejando la opción que en el resto pueda colocarse otro tipo de suelo más barato.