El hombre condenado por abofetear al niño de 10 años debe pagar una indemnización de 1.980 euros
Escaparate/Ibi. La sentencia emitida por el Juzgado de lo Penal número 3 de Alicante ha condenado a Javier Barrachina como autor de una falta de lesiones a una multa de 600 euros (sesenta días a razón de una cuota diaria de diez euros) y a indemnizar a los padres, en concepto de responsabilidad civil, con la cantidad de 1.380 euros por los días que el menor tardó en curarse de las lesiones y por el daño moral ocasionado.
Estas son las cantidades que el acusado deberá pagar, y no 180 euros como aseguraba él mismo a este periódico la pasada semana, pero que de momento quedan pendientes de una nueva resolución judicial ya que los padres han apelado la sentencia.
Recurso a la sentencia
Los progenitores, así como el Ministerio Fiscal, solicitan ahora para el acusado una pena de tres años de prisión por detención ilegal. Según queda probado en esta primera sentencia, el hombre después de propinarle en la calle “varios guantazos o bofetadas” al menor (de diez años de edad), se lo llevó a su coche y lo subió a los asientos traseros “en contra de su voluntad y por la fuerza y tras recriminarle su acción y decirle que lo iba a llevar a la Guardia Civil, circuló con el vehículo por diversas calles, propinándole varios guantazos más e insultándolo”.
En la sentencia se añade que estos hechos generaron en el menor “una apreciable sensación de inquietud, angustia, nerviosismo y miedo, lo que motivó que, aparte de que apareciera llorando, incluso se llegara a orinar encima”.
Los hechos ocurrieron el pasado 27 de julio en las proximidades de la plaza Sanchis Banús cuando un grupo de amigos del agredido estaban jugando a lanzarse bolas de ciprés. Una de esas bolas, sin que conste que fuera de forma intencionada, entró por la ventanilla del coche que conducía el acusado y le impactó en la cara ocasionándole una ligera tumefacción y endurecimiento cutáneo, según consta en la sentencia. Debido a ello, el hombre bajo del vehículo y salió corriendo detrás del menor diciéndole “párate o te mato”. En la sentencia se añade que una vez le dio alcance, le propinó “dos guantazos o bofetadas en la cara” y lo cogió del cuello para que no escapara y, tapándole la boca, lo introdujo en el interior de su coche, mientras le daba otra bofetada.
A consecuencia de estas agresiones, el menor sufrió varias lesiones (excoriaciones y eritemas).
Los padres destacan el hecho de que el juez haya impuesto al acusado la pena máxima por la falta de lesiones “tanto por la reiteración en su actitud agresiva hacia el menor como por el contexto claramente intimidatorio de que las misas se produjeron dentro de su vehículo, unido al evidente abuso de superioridad, tanto física como psíquica”.
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