El Instituto Barrachina de Ibi expulsa a una alumna por amenazas a un profesor
Escaparate/Ibi. El instituto de secundaria Fray Ignacio Barrachina resolvió el lunes el expediente abierto a una alumna del centro con la expulsión definitiva de esta estudiante.
Según fuentes cercanas a estos hechos, el reiterado comportamiento de insubordinación e incluso de amenazas a una de las profesoras ha determinado, por parte del instituto, esta decisión que ha contado con el respaldo de la inspección educativa.
La joven, de 16 años, estudia tercero de la ESO y, desde principios de curso, su actitud ha sido conflictiva, lo que ha llevado a abrirle varios expedientes de expulsión temporal.
Al parecer, según ha podido saber este periódico, la relación con una de sus profesoras se deterioró hasta el extremo de recibir ésta amenazas.
La docente interpuso una denuncia en la Guardia Civil al encontrar su vehículo totalmente rayado, con el objetivo de esclarecer el autor o autores de estos actos vandálicos, recayendo una de las sospechas en esta estudiante. La joven niega su participación en estos hechos y ha interpuesto otra denuncia contra la profesora por mentiras y difamación, según fuentes de la Benemérita.
Derivada a otro centro
La dirección del IES Barrachina ha derivado a esta alumna al instituto Derramador para que pueda finalizar el curso ya que se encuentra en periodo obligatorio, al no haber cumplido los diez años de escolarización que marca la ley (los cumplirá en junio), a pesar de tener ya 16 años.
Es la primera vez en la historia del Fray Ignacio Barrachina que se deriva a otro centro a un alumno por expulsión y el procedimiento legal de este expediente ha durado un mes.
Opinión de los profesores
Los profesores han expresado su opinión sobre este caso, a través de un comunicado firmado por el Claustro, en el que manifiestan que su único objetivo es el de transmitir conocimientos y educar a los alumnos. Sin embargo, “en ocasiones nos vemos convertidos en objeto de episodios de violencia y menosprecio, casi siempre verbal, acompañados en otras de amenazas e intimidación, que cuenta, en momentos puntuales, con la indiferencia de los padres”.
Opinan que en esta sociedad, la autoridad de los mayores se está diluyendo y los mensajes que reciben los alumnos son los de “la inmediatez, el materialismo, el hedonismo, la permisividad, el relativismo y el consumismo”.
Aseguran los profesores que cada vez tienen menos margen de maniobra y ésta es nula cuando “no contamos ni siquiera con ayuda de las familias”, indicando que para su labor de educación e instrucción es necesaria la complicidad de los padres.
No entienden por qué a veces se les tacha de “acosadores” por incentivar e inculcar valores de tolerancia, esfuerzo y desarrollo personal e intelectual y se preguntan que si la respuesta que obtienen, “es que algo ha dejado de funcionar definitivamente n esta sociedad”.
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