Con el patio de butacas lleno a rebosar, el pasado viernes día 4 de febrero, se estrenaba el sainete o la comedia, según se mire, de Emilio Carbonell “Tot per un amic” por el cuadro artístico de la Asociación de San Jorge de Alcoy en el Centro Cultural, cuya recaudación estaba destinada a financiar a la Asociación de Familiares y Amigos de Enfermos de Alzheimer.
Habíamos presenciado ya su estreno absoluto en Alcoy el 24 de septiembre del pasado año 2010 e, inevitable e inconscientemente, han de aflorar las siempre odiosas comparaciones. Pero, sigamos. La obra se inspira en un original de Neil Simon titulada La extraña pareja llevada ya a cine y televisión y que Emilio Carbonell parafrasea adecuándola dignamente a nuestro entorno más próximo.
En el programa de mano que se editó en Alcoy y que tenemos a la vista va referida la elección del director de la obra que obedeció más al azar que a la bondad de los méritos o la experiencia del elegido, y al éxito que se logre, si el proyecto llega a buen puerto —que llegó—, habrá que añadir este a Ximo Llorens. La obra gira en torno a dos personajes y al concepto de la amistad y de la vida que tiene cada uno de ellos. Dos personajes y su peripecia que, como las líneas paralelas, sólo pueden encontrarse en el infinito. Lo único que les une y les aproxima a lo largo de la obra es eso: la amistad. Sin ella, la obra resistiría tan sólo una escena.
Edu/Paco Aznar y Santi/Ximo Llorens fueron los encargados de llevar el peso de la obra. Los demás actores Pascual/Antonio Martínez, Saoro/Emilio Carbonell y Vicent/Enrique González —los amigos de nuestros protagonistas- cumplieron bien su cometido y algún que otro lapsus quedó tan disimulado que pareció que iba escrito en el texto. A la Sinyo Leo/Luisa Gonzálbez en Ibi es ya tan conocida que se espera su aparición para aplaudirla. Me parece muy bien.
Jéssica/Anabel Pérez y Vanesa/Chelo Díez tienen más recorrido erótico y sexual que el que mostraron en esta ocasión, mucho más. En la representación en Alcoy lo demostraron y me quedé con ganas de escribirlo y aplaudirlo. En esta ocasión es posible que faltasen un par de ensayos; no sé. De todas formas, bien.
Pero, volvamos a Paco Aznar y a Ximo Llorens. Los dos tienen ya sus tablas: Paco como actor y Ximo como actor y como autor. Medio siglo cada uno por lo menos, y eso se notó. El duelo interpretativo estaba servido. El espacio de que disponemos, como siempre, es el que manda y la brevedad del juicio la tenemos impuesta, pero, por lo menos, si diré que en algunas de las escenas los dos protagonistas sobrepasaron como actores a los personajes representados. Paco perfectamente contenido siempre, y Ximo, con sus insólitas reacciones que nunca sabíamos a dónde nos conducirían, hacían que el texto ocupase un lugar secundario. La acción de los dos era lo que importaba. Daba gusto verlos. Y el resultado de la confrontación siempre era el mismo: fifty-fifty. Así lo comprendió el respetable que aplaudió con ganas las actuaciones de unos y otros.
Una anécdota a señalar: Al finalizar saludé entre cajas al elenco. También estaba Joan Gadea, el don Joaquín de L´Alqueria blanca. Este apuntó que le habían gustado mucho algunos detalles de la obra. Seguro que se estaba refiriendo al de la chaqueta de Santi/Ximo Llorens que “apareció” colgada en su percha por obra y gracia de mi amiga Carmen. Puro Jardiel, ¡palabra!
¡Enhorabuena a todos!