La comunidad de propietarios de un edificio, de sólo siete años, en el barrio de la Ciudad Deportiva, está a punto de emprender una batalla legal con la empresa constructora por el mal estado de la fachada.
Los ladrillos cara vista comenzaron a desprenderse el verano pasado y el deterioro se está extendiendo por toda la superficie. A raíz de los primeros problemas, los afectados se pusieron en contacto con la empresa y también con el arquitecto y aparejador de la obra: “La empresa nos dijo que sólo nos arreglaba el trozo que se había desprendido, y los técnicos que el seguro sólo se haría cargo por vía judicial”.
El desamparo que denuncian los vecinos les ha obligado a ponerse en manos de un abogado que prepara la demanda contra los responsables.
En la denuncia van a demostrar que los desprendimientos no están provocados por el paso del tiempo, ya que la ley ampara hasta tres años a los propietarios, sino que la fachada está mal hecha.
Para ello, tuvieron que contratar a un arquitecto que ha efectuado una cata y ha determinado, entre otras cosas, “que los ladrillos no están sujetos con resina, sino con cola, y que los perfiles con lo que se sostienen esos ladrillos no son los adecuados, porque son clavos y deberían haber usado tornillos”, explican los vecinos.
Con el resultado de la cata se preparará ahora un informe pericial, con el que confían que su demanda prospere.
El edificio, de 68 viviendas y más de 40 garajes, ocupa la manzana comprendida entre las calles Jaime I El Conquistador, Rafael Alberti y Antonio Machado, y se construyó hace siete años.
Los propietarios denuncian que se van a ver obligados a realizar un importante desembolso para reparar la fachada, al margen de los pagos ya efectuados, cuando la responsabilidad “debe ser de los constructores”.
Debido a los continuos e imprevistos desprendimientos, se han colocado vallas en la calle para evitar cualquier accidente a los peatones.