Deporte gratis, siempre
Los aficionados al balón de Ibi están de enhorabuena porque se va levantar en el Alamí un pabellón “multifuncional” y “sostenible” que pinta bien, con capacidad para 2.000 espectadores y varias pistas. No me atrevo a desdecir a los técnicos que han desestimado modernizar o mejorar el polideportivo de toda la vida. Sus criterios tendrán, se supone.
Lo que sí propongo es que en las nuevas instalaciones no haya cuotas de socios. No me malinterpreten, que no quiero hacer leña del árbol caído y, además, hay todavía una investigación en curso para averiguar qué hay de verdad en esas acusaciones de contabilidad turbia de la ex concejal Ana Sarabia.Ya se aclarará.
Pero cuando de chaval iba yo al poli a disfrutar delante de una canasta o con un pala de ping-pong en la mano, siempre me pareció un tanto absurdo que para hacer deporte se tenga que pagar a tu Ayuntamiento. ¿Qué mayor servicio público que poner en forma al contribuyente? Incluso la acogedora piscina debería ser gratis. Y si se queda pequeña por la demanda, pues hagan otra.
Mens sana in corpore sano. Si muchos practicáramos deporte, seguro que nuestras mentes estarían más aseadas de ideas malsanas y pensaríamos más en el prójimo.
Las cuentas seguro que quedarían más claras y no tendríamos ahora la gestión de las arcas municipales en entredicho, por una desastrosa forma de llevar los papeles.
En fin, consolémonos imaginando ya ese pabellón lleno de público aplaudiendo un partidazo de fútbol-sala de División de Honor. A ser posible, con jugadores de aquí. Tradición no nos falta.
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