Juguetes innovadores
Desde podar viñas en el Magreb a acarrear cubos con nieve desde el Teixereta al Puerto de Alicante o, más recientemente, inventar las estanterías acristaladas y refulgientes… de plástico. Pocos se atreverán a negarnos a los habitantes de la Foia una inventiva a prueba de crisis a lo largo de la historia.
Los investigadores que quieran ahondar en la historia de las reconversiones industriales, pueden darse un garbeo por este valle y encontrar ejemplos de cómo el ser humano cambia el chip para seguir llenando el plato de lentejas. Las veces que haga falta.
Por ahora, seguimos teniendo como bandera el juguete, y en la asociación nacional de fabricantes, AEFJ, demuestran serenidad y apuntan buenos gestos también ahora que pintan bastos para toda la economía y en todos los sectores.
Una de sus últimas iniciativas se enfoca a dar a conocer “juguetes innovadores” y parece que por ahí nos podemos desmarcar de empresillas barateras revientamercados, esas que todos sabemos donde funcionan, calentadas por el Sol Naciente.
Al final, todo pasa por adivinar qué puede atraer a la masa, esa criatura amorfa, desconocida, heterogénea, que se planta delante de la tele por millones para ver el desenlace de un concurso Fama, agota en las tiendas una consola sin cables o hace cola en un atasco varias horas para comprar unos muebles con kit de montaje que no le hacen falta, a 100 kilómetros de casa.
Huir de la ruina y el concurso de acreedores (ahora se llama así la suspensión de pagos) consiste en pellizcar el nervio consumista, acertar en la diana de lo que todos quieran y no les haga falta, inventarles el regalo que no puede fallar en su hogar. También el juguete, en el caso de nuestra industria señera. Diseñadores, pedagogos, psicólogos, docentes, monitores… pónganse manos a la obra, con ayuda de AEFJ.
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