Tras haber sido desestimada en un Pleno por su elevado coste, que supondría un incremento en el recibo del agua, finalmente el equipo de gobierno ha optado por instalar una planta potabilizadora en el pozo de la Cantarina, por un importe de 200.000 euros, que será sufragado en cuatro años por la empresa Aquagest, a razón de 50.000 euros al año, según explicó a Escaparate la alcaldesa, Maite Gimeno.
Esta cantidad corresponde al fondo de renovación que esta empresa deposita anualmente en las arcas del Ayuntamiento para hacer frente a desperfectos y roturas en el alcantarillado y la red de aguas, explicó la primera edil. Así, durante cuatro años, esos 50.000 euros irán directamente para pagar la potabilizadora.
De este modo, Castalla podrá dejar de abastecerse de Aguas de Jijona y pasará a ser autosuficiente sin coste alguno para los vecinos. Eso sí, habrá que devolver a Aguas de Jijona los litros consumidos desde noviembre.
La planta potabilizadora abastece sin problemas tanto al casco urbano como a las casas de campo del término municipal y la urbanización Castalla Internacional.
El motivo de su instalación es el elevado nivel de hierro del pozo de la Cantarina, que hacía que esta agua no pudiera ser utilizada para el consumo.
La alcaldesa señaló que, antes de decidirse por la potabilizadora, el equipo de gobierno (formado por PSOE, Compromís y UCiD) barajó otras opciones, gracias a un estudio de una empresa valenciana que ha costado 7.000 euros.
Así, se pensó en abrir un nuevo pozo a cien metros del de la Espartosa, pero esta posibilidad fue desestimada porque el pozo en cuestión se nutre del mismo acuífero que los tres ya existentes (Espartosa, Cantarina y Aguas de Jijona), según Gimeno, y además su construcción ascendía a 386.000 euros.