La Diputación de Alicante y Caja Mediterráneo (CAM) han organizado este verano una nueva edición de los campos de voluntariado ambiental que este año se están desarrollando en Xorret de Cati (Castalla), Los Molinos (Crevillente) y Biar.
El objetivo principal de estos campos, activos desde el pasado 1 de julio, es prevenir los incendios forestales a partir de las labores de vigilancia que se realizan y de las tareas de información y concienciación que se dirigen a los visitantes de estos parajes naturales.
El gerente de Medio Ambiente de la Diputación de Alicante, Alejandro de la Vega, visitó recientemente uno de estos campo de voluntariado.
De la Vega destacó que en esta actividad “formamos, por un lado, a este cuerpo juvenil de chavales que tiene interés en hacer algo por la sociedad y por el medio ambiente y, al mismo tiempo, de ellos obtenemos una labor importantísima, como es la vigilancia en un momento tan sensible como es el verano ante posibles incendios forestales y, además, una labor de información dirigida hacia los usuarios de estos espacios naturales”.
Durante la visita se realizó un simulacro de detección de incendio forestal. Los voluntarios, una vez detectado el conato de incendio desde los puestos de vigilancia, dan aviso inmediatamente al Consorcio Provincial de Bomberos.
Además, se trabaja en coordinación con los agentes ambientales de la conselleria de Medio Ambiente, Urbanismo y Vivienda y con las Policías Locales de los distintos municipios, informan fuentes de la Diputación Provincial de Alicante.
Los campos de voluntariado ambiental se prolongarán hasta el 11 de septiembre en siete turnos de diez días cada uno.
Además, se continuarán realizando actividades de voluntariado durante diversos fines de semana del otoño de 2010 en los campos de Xorret de Catí y Biar.
“La Diputación es pionera en la organización de campos de voluntariado ambiental, siendo en la actualidad un referente nacional en cuanto a labores de prevención y detección de incendios forestales”, indicó De la Vega, quien añadió que “en los más de diez años que llevan en funcionamiento estos campos, han pasado por ellos más de 4.000 voluntarios, no sólo de España sino también procedentes de otros países”.
Junto a la prevención, a través de estos campos se fomenta el cuidado y respeto a la naturaleza, se integra a personas con problemas de discapacidad mental o física y se despierta el interés por nuevas alternativas de ocio.
A los voluntarios se les dota de material de comunicación, vestuario adecuado, vehículos 4x4, alojamiento y manutención.
Además, en cada campo hay monitores especializados que se encargan de la organización diaria del campo y de la distribución de los equipos.
La escalada y el senderismo son algunas de las actividades deportivas que realizan los voluntarios, que durante su estancia en el campo también participan en talleres de observación de fauna y flora o en cursos de primeros auxilios impartidos por personal de Cruz Roja.
Las actividades de vigilancia se realizan durante media jornada y el único requisito para poder participar es ser mayor de 18 años.