Otro ‘zapaterazo’ liberal
Sin ganas de repetir, la actualidad manda y no queda otra que levantar la voz contra ZP y sus remedios tan poco imaginativos para ayudarnos a salir de la crisis. ¿Nadie le leyó de pequeño a este hombre la historia de Robin Hood, el que robaba a los ricos para dárselo a los pobres? Porque parece empeñado en quitarle lo poco que tienen los pobres para repartirlo entre otros igual de pobres, pero más jodidos, léase rebañarle a los funcionarios y sostener con ello las raquíticas pagas a los parados.
Si a nadie se le escapa que esta crisis la parieron los especuladores y el ladrillo, ¿de qué le sirve a nuestro señor de las cejas sentarse en la poltrona de presidente europeo? España sola, no pero el Viejo Continente sí pesa algo internacionalmente, con su euro de tanto valor de cambio, como para meter en vereda a tanto mangante y boicotear a la gentuza que no paga sus impuestos aquí con la coartada de que ya invierte en factorías. Imponga usted normas arancelarias, proteccionistas y póngale barreras a la economía virtual de numeritos anotados en ordenadores, sin oro ni ningún valor tangible detrás.
Su amigo del talante Obama tendrá entonces la pelota en su tejado para decidir si se une a la campaña o sigue dejando campar a sus anchas a las multinacionales. La otra potencia, China, no hace falta ni contar con ella, porque su régimen va por libre y seguirá exprimiendo a su pueblo, el más grande en número del planeta. Y las supuestas autoridades mundiales (FMI, OCM...) ya han demostrado su inutilidad, así que la Unión Europea debe capitanear de una vez la cruzada contra la explotación del hombre por el hombre.
Quien no acepte las reglas del juego honrado, que emigre, aunque nos mande a otros miles de españoles al paro, que ya nos harán falta esas manos en las empresas públicas que vamos a montar para fabricar coches, montar cultivos ecológicos con que alimentarnos y, en definitiva, producir todo lo que sea de primera necesidad a un precio razonable. Si esa economía planificada tiene precios tasados, estas grandes empresas privadas no podrán competir, ni aun con pseudosalarios asiáticos. El autoabastecimiento es el futuro, regresemos al Neolítico. De todas formas, ese falso tejido productivo de empresarios mediocres que amenazan con la deslocalización no se deja nada aquí: en cuanto pasan por caja, se lo llevan crudo a paraísos fiscales. No nos hacen falta.
[volver]