Poco han cambiado las cosas para el edificio Doctor Sapena del colegio público Rico Sapena de Castalla desde que en octubre de 2010 fuera desalojado tras detectar la conselleria de Educación deficiencias en su estructura.
Más de un año después, con la mayoría de alumnos afectados realojados en diez aulas prefabricadas, la Conselleria aún no ha decidido el destino de este inmueble, que se encuentra debidamente vallado y con sus dependencias impracticables (gimnasio, biblioteca, despachos, varias salas y doce aulas de Primaria).
Gracias a la Directiva del centro, a los profesores y al Ayuntamiento, las soluciones fueron relativamente rápidas en su momento, pero no dejan de ser un apaño provisional que se está alargando demasiado en el tiempo y que impide ´disfrutar´ de todas las instalaciones del colegio como sería deseable. Las opciones contempladas por la Generalitat Valenciana son la demolición y reconstrucción del edificio, por un lado, o bien el simple refuerzo de su estructura.
Todo dependerá de unos informes técnicos que de momento no se han llevado a cabo ni se sabe cuándo se realizarán, puesto que la secretaria autonómica de Educación, Concha Gómez, ya ha adelantado que este centro no está incluido en el plan Creaescola de este año, de modo que los alumnos afectados acabarán el curso en los barracones y ya veremos si en 2012 hay más suerte o esta situación se prolonga sine die, para desesperación de padres, alumnos y políticos locales. Una vez hechos los informes se estudiará el coste de cada opción, siempre que el edificio no caiga por su propio peso, con el dineral que eso le ahorraría al Consell.
Bromas aparte, esta situación no beneficia a nadie y esperemos que esta parsimonia no se deba al tricolor político del equipo de Gobierno, lo que sí sería absolutamente lamentable.