Ya han pasado cerca de dos años desde que el edifico principal del colegio público Rico Sapena fuera desalojado completamente, y por vía de urgencia, siguiendo una orden de la conselleria de Educación, que desde octubre de 2010 sigue sin explicar los motivos del desalojo y, lo que es peor, sin ofrecer una solución a los cientos de alumnos que siguen las clases en barracones.
Aún no se sabe si el edificio Doctor Sapena deberá ser demolido completamente o se podrá rehabilitar, pues todo depende de las conclusiones de un informe de la Conselleria que tampoco se sabe si ya se está haciendo.
Ante esta pasividad, y para demostrar que con voluntad las cosas funcionan, el Ayuntamiento ya tiene en su poder un informe elaborado por una empresa privada (Geolab), con cargo a los presupuestos municipales, donde se afirma que el edificio podría volver a usarse si se rehabilitaran y se reforzaran los pilares, puesto que no se ha detectado aluminosis.
Ahora, el informe ha sido remitido a la Conselleria, pues la Generalitat es quien tiene la última palabra.