El Passeig 2010
Hace ya varios años que vengo asomándome a las páginas de Escaparate para glosar de manera cordial, aunque siempre sincera, lo que da de sí ese día grande en las fiestas mayores de Ibi titulado evocadoramente “del Passeig”. Y de ninguna manera podía comenzar estas líneas sin rendir homenaje a quien fuera Capitán cristiano en la Comparsa de Maseros en 1981 por cumplirse precisamente en este año el centenario de su nacimiento: a don Antonio Anguiz Pajarón.
Vayan, pues, estas líneas como homenaje, no tan sólo a su persona, sino a su obra y al espíritu de amor que impregnaron todas sus acciones en torno a las fiestas de Moros y Cristianos, o tal como gustaba él de escribir: a las Fiestas Mayores de Ibi.
No sé si he dicho en alguna ocasión que presencio las dos “Entradas” desde un balcón situado al final de la calle Constitució. Un mirador perfecto en el cual se divisa toda la calle incluidas las dos tribunas situadas al final de la misma. Es una vista panorámica que, en cualquier momento, da perfecta idea de cómo va trascurriendo el desfile.
Este año me impresionó gratamente la cantidad de público que llenaba de arriba abajo todo el recorrido. Sillas y balcones a rebosar. Diría yo que como nunca. Y esto es señal de que las cosas van bien. Ya dije en cierta ocasión que las fiestas de Ibi serían lo que los ibenses quisieran que fuese, y parece que los ibenses quieren que sus fiestas vayan a más, que sean espléndidas. Pero nunca hay que echar mano de los juicios precipitados ni de la complacencia. Y veamos nuestro parecer del Passeig.
El Capitán cristiano, José Ramón Navarro, espléndido en su impresionante carroza. Quizá lo espectacular de la misma hizo que fijásemos demasiado la vista en ella en detrimento de su boato. La Abanderada, Isabel María Fernández muy a tono con su Capitán. Evocadora una carroza que con sólo tres individuos nos contaba la historia del traje de su comparsa. Eso es la Fiesta, con mayúscula. Como siempre, las escuadras femeninas de la Comparsa Contrabandistas arrancaron aplausos a su paso. Dos horas casi exactas de desfile disfrutando de la alegría de la Fiesta que, a la fuerza, nos comunicaban a los espectadores cada uno de los festeros y festeras.
Por la tarde la Entrada Mora. Nuestra visión como alcoyanos puede, en ocasiones, distorsionar o malinterpretar tradiciones arraigadas en la Fiesta ibense. Sin embargo, es fácil juzgar lo que es estéticamente adecuado, o sea, lo bello. Y esto podemos decirlo del traje del Capitán Moro, Francisco Cerdá Vicedo y de su esposa y Abanderada de la Comparsa Chumberos, Julia Blasco. Juntos, en la carroza, formaban una imagen perfectamente entonada, muy acorde con lo que representaban. Sin ninguna estridencia y con los colores de su Comparsa reconocibles a primera vista. Quizá la partitura musical que le acompañaba adolecía un tanto de la espectacularidad de los protagonistas. El boato espectacular. Una imagen muy hermosa fue la del boato de la Abanderada de los Beduinos, María Amparo Rico. Hubo un momento en que este ocupaba toda la calle formando el conjunto un verdadero ballet.
Al final, algo más de tres hora de Entrada. Es muy posible que la perfección lograda el pasado año haya sido la responsable del pequeño retraso o que haya habido más participación en la Entrada. Digo que es muy posible, pues no me gusta emitir juicios precipitados en esta ni en cualquier otra cuestión polémica. El sosiego y la reflexión son los mejores consejeros para mejorar las cosas y tiempo hay por delante para hacerlo. Me gustaría alargarme más, pues siempre, siempre, quedan cosas en el tintero.
Un año más, mi enhorabuena a la Comisión de Fiestas, a los festeros que hacen la Fiesta y al pueblo de Ibi que la sabe admirar.
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