Ejemplar Ferrara
Mientras seguimos entretenidos la guerra sucia en Ibi entre populares y populares, unos de Camps y otros de Ripoll, con cañonazos informativos cada pocos días y desmentidos vehementes (ya veremos en qué queda todo este barullo), reconforta pensar que “siempre nos quedará Tibi”.
¿Por qué? Ahora, porque su alcalde se ha rebajado un 10% el sueldo, 300 euros al mes. ¿Demagogia? Este término cada vez tiene un sentido menos peyorativo para mí, porque suele ocurrir que se aplica a gente que me parece valiente y coherente, como Ferrara.
Un ahorro de poco más de 3.000 euros al año no va a sacar de la crisis ninguna contabilidad, ni va a representar una alegría sustancial a la economía de su ayuntamiento, está claro. Pero si junto a este granito de arena se amontonaran otros granos y llenáramos entre todos una playa, al menos una cala, nuestro planeta nos parecería más habitable.
Para empezar, con más actitudes ejemplares como la del alcalde de Tibi, arrancaríamos de la opinión pública ese prejuicio lamentable de que en política se mete uno a trincar y el que no lo hace es porque no puede o porque es tonto.
Para listos, ya están algunos consejeros de las empresas privadas, como el número 2 del BBVA, con su pensión de tres millones de euros al año. Por supuesto que una firma que maneja su dinero puede dedicarlo a lo que les parezca a sus directivos, pero luego no cobren ustedes comisiones hasta por toser. Y, en el caso de esta poderosa banca vasca, no incluyan más cláusulas indecentes para que si bajan los intereses, el infeliz cliente siga pagando su hipoteca a precio oro. Ni tampoco persigan a supuestos morosos porque tuvieron una cuenta en Caja Postal al hacer la mili. Que no hablo de oídas.
A riesgo de hacerme pesado, volveré a repetirlo: abran una banca pública, con créditos para todos sin raterías ni euríbor, y el que quiera alimentar con sus ahorros esas jubilaciones doradas, es muy libre.
También, utilicen a las plantillas del Ayuntamiento en las obras públicas, en lugar de esta verbena de contratas. Así no habría que preocuparse de si el ‘cuñao’ de fulano o la hermana de mengano se ponen las botas o ya eran proveedores antes de que su familiar llegara al poder.
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