Tras la resaca electoral, toca hacer balance de los resultados y tomar las primeras medidas ante el inminente acto de investidura de la nueva corporación, el 11 de junio.
El Centro Democrático Social (CDL), con un concejal electo, se convierte en la fuerza política decisiva para la formación del futuro gobierno municipal, al haber perdido el PP la mayoría absoluta que tuvo esta última legislatura.
Podría cambiar el color político del Ayuntamiento si decidiera apoyar una hipotética coalición entre PSOE, EU y ADIi (puesto que entre los tres suman 10 concejales, los mismos que el PP), sin embargo, todo parece indicar que el CDL mantendrá su propuesta electoral de no pactar con ningún grupo político, lo que permitirá al Partido Popular gobernar en minoría.
Según explica el candidato electo, Juan Valls, “vamos a respetar nuestro programa y, aunque hablaremos con todos los grupos, partimos de la base de que no pactaremos con nadie”.
Para Valls, la composición política surgida de las urnas no supone ningún obstáculo ni dificultad para la gobernabilidad; al contrario, abre nuevas expectativas “ya que se trata de ponerse de acuerdo sobre proyectos concretos”. De hecho, destaca, “todos pedimos las mismas cosas, como el geriátrico o la puesta en marcha del Centro de Día”.
Afirma que no ha pensado en pedir la Alcaldía, porque “aunque tengo la llave, no creo que sea ético que un grupo minoritario, como es ahora el CDL, tenga que ocupar la máxima representación municipal”.
Valls asegura que su prioridad es cumplir con el programa electoral y, por ello, mantiene firme su petición de realizar una auditoría en el Ayuntamiento para conocer el estado real de las cuentas.
Explica que se considera una persona honesta, que ha defendido siempre los mismos principios y “no voy a terminar mi carrera política manchando una trayectoría de más de treinta años”.
Tras una semana de descanso, el CDL retomará la actividad esta próxima semana con la primera reunión de grupo, tras las elecciones, para determinar la estrategía a seguir.