Un menor de 12 años resultó el pasado 28 de noviembre con quemaduras de primer grado en manos y cara mientras manipulaba pólvora en el interior de una antigua fábrica, ubicada en el barrio Mirasol.
Según fuentes de la Guardia Civil, los hechos ocurrieron sobre las 18,15 horas, donde el niño entró, junto con otro amigo, en la nave abandonada encontrando en su interior restos de pólvora en una mesa.
En el transcurso del juego, los niños decidieron quemarla para ver qué ocurría. La explosión golpeó a uno de ellos en la cara y en las manos, ocasionándole quemaduras de primer grado, siendo trasladado de urgencia a la Unidad de Quemados del Hospital General de Alicante, donde todavía permanece ingresado, aunque fuera de peligro y evolucionando favorablemente.
Hasta el lugar de los hechos se desplazaron efectivos de la Policía Local y miembros del grupo de explosivos del Instituto Armado de la Guardia Civil, encontrando éstos últimos seis paquetes de pólvora de un kilo cada uno, supuestamente procedentes del uso de arcabuces durante las fiestas de Moros y Cristianos.
Esta antigua fábrica es utilizada habitualmente por las comparsas Templarios y Argelianos como zoco en las fiestas.