Por Susana Hidalgo, portavoz del PSOE en Ibi
El pasado lunes día 12 en sesión plenaria se retiró por unani- midad, a propuesta del Grupo Socialista, el título de Hijo adoptivo de la Villa de Ibi al golpista y dictador Francisco Franco Bahamonde en cumplimiento de la Ley 52/2007, más conocida como la “Ley de Memoria Histórica”. Una ley impulsada por Zapatero, por la cual se reconocen y amplían los derechos y se establecen medidas a favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la Guerra Civil y la durísima y eterna dictadura.
Una Ley que el PP se ha encargado de asfixiar y que algún columnista habitual de este medio critica y penaliza olvidando que es una ley para los dos bandos, para que a todos los “Españolitos que al mundo les traiga Dios, ninguna de las dos Españas les hiele el corazón”.
Asegura que esta ley crea desigualdad y privilegia solo la memoria de los que perdieron la guerra. ¿Que crea desigualdad? Acaso los que perdieron la guerra no sufrieron la represión más cruel en Europa por motivos políticos del siglo XX, como indicó Ismael Saz catedrático de la Universidad de Valencia en unas Jornadas de Memoria Histórica.
¿Se ha preguntado Sanjuán por qué la mayoría que reclaman esta Ley fueron aquellos represaliados, torturados, enterrados en cunetas y ejecutados sin ningún tipo de garantía de un juicio justo durante la dictadura? ¿Es esto un privilegio? ¿Cómo se atreve a decir esto sin atragantarse? ¿Quiénes fueron, qué nombre tenían, qué fue de su familia?
Y para no salirse del estándar de todos los que tienen que apo- yarse en algo para defender su tesis de que hay que “olvidar” y no desenterrar los muertos, hace referencia a las palabras que Manuel Azaña pronunció en un famoso discurso un 18 de julio de 1938. Hay muchas referencias a este triste y lúcido discurso. Una de ellas es ésta: “Incapaz de comprender la complejidad del Estado y de la economía moderna, represor de las libertadas, Franco fue la antíte- sis de aquellas palabras que escribió Azaña, paz, piedad y perdón”
Paz para vivir, piedad para olvidar y perdón para recordar.
No es la primera vez que Sanjuán intenta dar lecciones de historia desde su atalaya, atribuyéndose una imparcialidad y rigor periodístico que brillan por su ausencia y como bien le dedicara Vicente García Pascual, en un escrito contestando a uno de sus insultos gratuitos, con una miopía intelectual hiriente.
Reconozco que en lo tangible, nada habrá cambiado en la vida de los ibenses a partir del pasado lunes. Un distintivo como el título de hijo adoptivo, queda a oscuras en las estanterías de los archivos, para dar luz a las investigaciones de tod@s aquell@s que quieran rescatar la memoria colectiva y conocer lo que la verdad oficial a menudo esconde. También asumo y entiendo que la Guerra Civil española no fue nuestra guerra, sino la de nuestros padres o abue- los. Pero no renuncio a la memoria histórica, a el legado de nuestros mayores, al restablecimiento de la justicia. Los socialistas ibenses tenemos memoria para recordar por todo lo que lucharon nuestros mayores, vivimos el presente que nos ha tocado vivir y seguimos la lucha y pensamos en un futuro donde nunca se repita la sinrazón de la barbarie.