Més val poder pagar l’IVA que tindre-la pansida
Uno me dijo el otro día que la solución de la crisis era que todos nos hicieramos funcionarios: el sueldo y el café asegurados; trabajar media jornada y por muy mal que vaya la empresa a tí no te pasa nada. ¡Ah! y puedes volver a casa por Navidad como V, que te guardan el puesto de trabajo por si te salen mal los negocios en la empresa de tu amigo. Este es el paraíso estatal de Marx (Carlos) pero la vida contradice el ideal y aquí en España hay gente que tiene que pagar y cobrar el IVA y otros que solo lo cobran.
Ya sabemos que España es un país de pillos y funcionarios en potencia (un día les contaré el chiste del que contrató a un perro-lobo para guardar la finca y se le ocurrió hacerlo fijo); todo es cobrar el máximo y trabajar el mínimo que ya están los demás para producir y esperar en las colas.
En nuestro país los funcionarios se van sedimentando en capas estratigráficas: manda la UCD y coloca a los suyos, manda el PSOE y coloca a los suyos, manda el PP y coloca a los suyos dejando de lado a los que colocaron los anteriores con lo que se van superponiendo niveles y niveles de cargos de confianza y enchufados varios. Y, hasta hoy, que sobran funcionarios pero no se les puede echar aunque no haya tanto trabajo municipal ahora como antes, en los buenos viejos tiempo del pelotazo del ladrillo.
Y ¿de dónde sale el dinero para tanta gente? Entre otros sitios del IVA, que la Administración obliga a pagar a las empresas y a los autónomos.
Se puede dar el caso, y se da, de que un sujeto fiscal facture a un ayuntamiento; y que, además, tenga que anticipar el pago del IVA porque el ayuntamiento no ha pagado al sujeto fiscal la factura en los 60 días que marca la ley. Es decir, el sujeto fiscal tiene que pagar en plazo si no quiere pagar recargo mientras que el ayuntamiento puede pagar cuando quiera sin tener que pagar formalmente un recargo, es lo que se llama la ley del embudo de la administración municipal. Y es que antes que pagar a las empresas tienen que pagar a los funcionarios; a todos, a los que hacen falta y a los que no. Y el resultado de la ley del embudo de las administraciones municipales es el de más gente al paro porque los ayuntamientos ahogan a las empresas locales mientras que los funcionarios estan blindados; por eso la solución es que todos seamos funcionarios.
P.D.: El otro día, en la Casa de Cultura se presentó un libro de Mister X y, para mi asombro, no se trataba de Felipe González.
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