En un tiempo récord, que deja constancia de la eficiencia y eficacia de quienes en el Ayuntamiento de Onil se han involucrado en la organización de la III Feria de San Cristóbal, este año ha sido posible que este evento vuelva a celebrarse en la villa muñequera, y esperemos que con el éxito que se merecen los esfuerzos invertidos.
Al igual que otras localidades vecinas (Castalla con San Isidro e Ibi con Santa Cecilia), Onil cuenta con su propia feria de artesanía, motor, gastronomía y mercado medieval, si bien el año pasado se optó por no celebrarla, mirando por el bien de las arcas municipales, que no andaban muy allá. El más joven de estos certámenes a nivel comarcal es, sin duda, el colivenc, que del 15 al 17 de julio cumple tres años.
Técnicos municipales, concejales, comerciantes, hosteleros y empresarios han puesto toda la carne en el asador para que esta Feria de San Cristóbal brille con luz propia y vaya encontrando su hueco en el calendario de los amantes de estos saraos, puesto que a los potenciales expositores ya ha llegado, y de qué manera. Los teléfonos del Ayuntamiento no han dejado de sonar en las últimas tres semanas, y todos por el mismo motivo: cómo exponer en Onil durante esta feria.
Las condiciones ofrecidas por el Ayuntamiento han sido inmejorables, así que, quien ha querido estar, estará (exceptuando los puestos de gastronomía, cuya oferta será absorbida por los bares y restaurantes locales con el reclamo de tapa y caña por un euro).
La novedad más importante es una exposición de muñecas en la Casa de l´Hort, edificio señorial que albergará, precisamente, el futuro Museo de la Muñeca. Vale la pena acercarse a Onil sólo por ver este inmueble por dentro, y con la colección de muñecas mucho mejor.
Este fin de semana tiene a Onil como protagonista, con permiso de las Damas y la Reina de Castalla, claro.