Lo de la corrupción es algo inherente a un país de pillos y tramposos como es España en la que la gente se jacta de colarse, de escaquearse de obligaciones o de engañar a los paletos. Ya empieza en la escuela con la diferencia entre empollón y "espabilao". El empollón es un tarado social o un fricky y el espabilado es el jefe de la panda; el adalid de los demás y el único que tiene "güevos" para fugarse una clase y aprobar con chuletas al final del curso. Con las mismas notas que el empollón o un poco menos, que tampoco hay que pasarse.
Ya de mayor el "espabilao" suele montar una empresa en la que acaba no pagando a nadie; ni a trabajadores, ni a proveedores, ni a la Seguridad Social. O si es mas bien vago y gualtrapas se hace funcionario por la mañana y por la tarde se monta su propia empresa en la que suele rendir el doble que por la mañana y en la que le vende a la propia administración pública o a los proveedores de esa misma administración pública los bienes y servicios que produce por la tarde. O ya en el colmo de la ambición y del "espabiladismo" se hace político con mando porque ¿para que comisionar o esforzarse en vender a tus proveedores si puedes disponer alegremente de todo el dinero para repartírtelo entre tus empresas y colaboradores amigos? Este es el colmo del "espabilao" español; heroica y explosiva mezcla nacional de desprecio al esfuerzo y ambición químicamente pura. Que trabajen los empollones y los del montón que lo único para que sirven es para que voten cada cuatro años y para estrujarlos cada cuatro días.
Y luego, en la cúspide de esta Realidad nacional, tenemos a Urdangarín que, no contento con dar el braguetazo con la hija guapa de los Reyes, exhibía relaciones para cobrar comisiones sin dar palo al agua a los mentecados del PP de Valencia y Mallorca. Del gañán canalla pasamos al galán canalla.
P.D.: piensen en 30 segundos ¿hay alguien mas sinvergüenza en nuestra provincia que Mª Dolores Amorós (exdirectora de la CAM)? Los políticos no valen, si no sería demasiado fácil la pregunta.