El Passeig 2009
A mi amiguita María Salvador, Chumbera, que a sus 12 años me dio,
sin proponérselo, una lección de estoicismo.
Como desde hace ya bastantes años, fui invitado a presenciar las “Entradas Cristiana y Mora” que fueron celebradas el pasado día 11. Acudí encantado a la casa de unos buenos y, ya, viejos amigos. Me situé en el balcón y, precisamente, en el lugar que solía hacerlo mi respetada y desaparecida amiga Virginia. Creía yo con ello que lo que siempre veía ella con sus ojos, o sea la Fiesta, su Fiesta, me sería concedido el verlo también a mí. Aunque a poco, pensé sería un empeño producto de mi vanidad. Por mucho que lo intentase sería banal tentativa el querer penetrar en la idiosincrasia ibense. Podría intentarlo, pero sólo intentarlo. Y ya veríamos.
De primeras confieso que tenía yo cierto temor derivado por la situación económica ciertamente delicada por la que atraviesan tantas y tantas industrias de la comarca y el alcance de sus consecuencias en la Fiesta ibense. Sin embargo, prometo que seré sincero en mis apreciaciones.
La “Entrada cristiana” comenzó puntual y su discurso continuó fluido y con muy buen ritmo hasta el final. La Capitanía cristiana representada por la comparsa Maseros, muy bien. Carlos Masiá Esteve y su Abanderada Sandra Masiá Rodríguez entonaron adecuadamente su indumentaria con la comparsa que representaban. Lo mismo ocurrió con las escuadras especiales que de una forma u otra nos recordaban con su atuendo —blusas, pañuelos, calzado etc— el campo ibense. De la música, ya hablaremos al final. De los Contrabandistas que quieren que les diga, muy bien. A destacar una espléndida escuadra de mujeres —muy guapas todas—, rebosante de gracia y tronío capitaneada por Macrina. ¡Ole!
La “Entrada mora” un poco más lenta, pero, ya se sabe, el ritmo es el ritmo. El capitán de la comparsa Argelianos, Julián Grande y su abanderada Carmen Grande Lázaro, muy bien. El acierto de lo sencillo, de lo austero no está reñido nunca con lo ornamental del barroco. Quizá le faltaba en sus manos algún atributo —cetro, arma o vara — que marcase su cargo. También me llamó la atención un nuevo traje de los Chumberos inspirado en la clásica chilaba. Muy bien. Quizá el gorro o turbante pecaba por exceso, al igual que la defensa. Creo que tiene futuro.
El pasado año me quedé con las ganas de comentar un tanto el aspecto musical de los desfiles y en esta ocasión está a punto de ocurrir lo mismo —por el espacio, claro—, pero intentaré un apunte, aunque sea telegráfico.
Creo que conté hasta tres bandas que interpretaban Pas Als Maseros de mi querido amigo José Mª Valls. En el repertorio de música festera hay más que suficientes alternativas como para repetirse. Enhorabuena a la Agrupación musical La Jove de Ibi por su Abencerrajes-Tarde de Abril de Blanquer y a la Unió Musical de Bocairent por su Moro del Cinc de Rafael Giner, aunque tengo que insistir que esta última partitura fue interpretada por varias bandas. Obligado es mencionar a la banda Primitiva de Alcoy —la más veterana de las que acuden a Ibi— con su Entrà dels Moros de Camilo Pérez Monllor. Espectacular.
Aparte la variedad de bocetos y diseños de escuadras oficiales y especiales que hacen de las “Entradas” un espectáculo multicolor único, creo que hay más que sobradas partituras para que estas se conviertan, también, en un verdadero concierto de música festera. Quizá un Asesor Musical en la Comisión de Fiestas ayudaría un tanto.
Al final del día, mis temores de por la mañana se desvanecieron. Mi enhorabuena a la Comisión de Fiestas en su nueva andadura. Los ibenses pueden estar orgullosos de su Fiesta.
[volver]