Cuerno quemado
Cada uno en su vida puede optar por defender la "causa noble" que considere oportuno y hacer de ella el eje moral de su vida. Los hay que se vuelven locos con los pueblos oprimidos, otros con el medio ambiente o con los homosexuales. Y los hay que defienden a los animales por encima de toda consideración: les vuelve locos la casquería expuesta en los escaparates de las carnicerías, los abrigos de pieles o la fiesta de los toros. Y este es el tema que nos distrae estos días ya que en el parlamento catalán se debate la derogación de esta fiesta.
Y aquí hay varios temas a discutir. El argumento de los taurinos es que el que no quiera ver esta fiesta que no vaya mientras que el argumento de los antitaurinos es que no se puede disfrutar del sufrimiento de un ser vivo y/o considerarlo un arte. Yo, personalmente, no voy a los toros porque las veces que he ido no me he divertido pero no quiero que se supriman las corridas de toros. Y por varios motivos.
La vida es tragedia, fuerza, lucha y dolor. No hace falta leer a Jünger o a Nietszsche para saber que esto es así y las corridas de toros escenifican este hecho dándole una estética y una narrativa cultural propia de la cultura española. Por mucho que se elimine esto por ley, la vida seguirá con su crueldad y su derramamiento de sangre, muchas veces gratuito. Los fundamentalistas de la vida animal nos llevarían a eliminar la pesca de la trucha, la caza, la gastronomía hecha con carnes varias y las piscifactorías o las granjas de pollos.
La motivación de ciertos grupos al plantear este debate no es defender a los animales sino atacar "lo español" con la incongruencia que supone suprimir las corridas de toros y mantener "els bous al carrer" donde supuestamente los animales no sufren al verse acorralados por multitudes enfarlopadas y ahítas de alcohol; no se si es mejor que te linche una masa enloquecida y humilladora que morir en un duelo a dos pautado. Se trata de derogar "lo español" y las corridas de toros pertenecen al mito de lo hispánico (¿qué pasaría si los toros de lidia hablarán catalán?) como la tortilla de patatas o el flamenco.
Se quiere plantear el asunto como de izquierdas/derechas. Si te gustan los toros eres de derechas, fumador de puros y con bigote a lo Saza mientras que si no te gustan los toros eres un tipo de izquierdas defensor de los desfavorecidos. Y no. Miguel Bosé, Goya, Picasso, Bergamín o Lorca eran cultos, taurófilos y de izquierdas. Porque las corridas de toros visualizan de manera narrativa y teatral la tragedia de vivir, la lucha a muerte entre seres vivos adultos. La tauromaquia es historia pero es estética, cultura y espectáculo. Querer eliminarlo de nuestros ojos no lo hará desaparecer de la realidad.
Me gustaría que todos los defensores fundamentalistas de los derechos de los animales defendieran también con el mismo fervor los derechos de los embriones abortados gracias a la ley que ha propuesto la inefable Ministra de Igualdad, Bibiana Aído, que no irá al espectáculo de los toros pero que tampoco mirará los cubos de basura donde van a parar los embriones no deseados por sus madres. ¿estos no tienen derechos? ¿ni siquiera los embriones catalanes tienen ningún abogado de causas perdidas que los defiendan?.
En el fondo, los temas aborto/corridas de toros no son mas que un tema de visibilidad y de votos. Si los embriones votaran otro gallo (y otro Zapatero) les cantaría.
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