El Pleno ordinario celebrado el lunes 27 de febrero en Castalla evidenció el primer punto de fricción en el seno del equipo de Gobierno, formado por PSOE, Bloc y UCiD.
Así, la primera de las cuestiones de peso (la subida de un 16% en la factura del agua potable para 2012) fue desestimada con los votos en contra de los concejales del PP y UCiD, quedando en minoría el partido que actualmente ostenta la Alcaldía (PSOE), pues los votos a favor de los dos concejales del Bloc tampoco fueron suficientes para aprobar la medida.
Según el PSOE, la necesidad de aprobar esta subida en el recibo del agua, que no experimentó ningún aumento el año pasado, se debe a que se ha secado uno de los pozos que abastecía a la localidad (el de la Espartosa) y el otro contiene un agua con alto contenido en hierro (el de Cantarina), de modo que haría falta una planta potabilizadora para hacer que esta agua fuera apta para el consumo humano.
Tras hacer los pertinentes estudios, la instalación de esta planta por parte de Aquagest tendría un coste de 200.000 euros, que se pagarían en cuatro años a razón de 50.000 euros por año. Este importe se pagaría a través del recibo del agua, que experimentaría una subida del 8%, mientras que el 8% restante correspondería a las respectivas subidas de 2011 (año en que no se aplicó) y 2012, a razón de un 4% por año. En total, un 16% más, que no supondría mucho dinero, puesto que el agua en Castalla “es barata”, según el concejal socialista Paco Tortosa.
En el Pleno se explicó que esta subida supondría, aproximadamente, un incremento de 2’15 euros cada trimestre para la mayoría de hogares del casco urbano, seis euros al trimestre para las casas de campo y 19 euros al trimestre para las industrias. En términos absolutos, la subida sería de 8’50 euros al año para las viviendas urbanas, 20 euros al año para las casas de campo y unos 76 euros al año para las industrias. Asimismo, fuentes socialistas explicaron que está previsto buscar subvenciones, de modo que la subida sería menor en caso de conseguir alguna ayuda administrativa.
Este aumento en el recibo del agua sería, según el PSOE, la opción más conveniente para comenzar cuanto antes la construcción de la planta potabilizadora en el pozo de Cantarina, puesto que actualmente Castalla se está abasteciendo gracias a un pozo propiedad de Aguas de Xixona, que podría reclamarlo en cualquier momento, indicaron fuentes socialistas, que reiteraron en varias ocasiones que los grupos políticos que votaran en contra de esta propuesta serían los “responsables” en caso de que Castalla se quedara sin agua, algo que podría pasar en cualquier momento, según los socialistas.
El punto quedó desestimado, puesto que votaron en contra los concejales del PP (siete en esta ocasión) más los dos de UCiD. A favor de la medida se posicionaron los cinco concejales del PSOE y los dos del Bloc, de modo que no se obtuvo la mayoría de votos para poder aprobar esta propuesta.
Partido Popular y UCiD
El portavoz del PP y exalcalde de Castalla, José Luis Prats, intervino en el Pleno para explicar los motivos del voto en contra del Grupo Municipal Popular. Prats afirmó que esta medida supondría un “castigo” a los castallenses, puesto que el agua es un servicio primordial y de primera necesidad.
Por otro lado, Prats replicó a Paco Tortosa y esgrimió que las razones de que el recibo del agua no subiera el año pasado no se debieron a motivos electoralistas, sino “para ayudar” a los vecinos de la localidad.
Preguntado por este periódico, el concejal de UCiD Juan Antonio Rico coincide con el reproche del PP: antes de intentar subir la tasa del agua habría que haber buscado subvenciones o incluso haber pedido un préstamo. Rico fue más allá al calcular que, con sólo rebajar un 1% de cada partida presupuestaria, “ya se pagaba media potabilizadora”. Rico criticó esta propuesta aduciendo que “no se puede congelar el IBI para este año y ahora querer subir el agua”.
Por último, la alcaldesa, Maite Gimeno, explicó a Escaparate que se están manteniendo nuevos contactos con Aquagest para buscar otras soluciones a este asunto, puesto que Castalla depende hoy en día de un pozo ajeno (el de Xixona), que podría ser reclamado en cualquier momento y dejar a la localidad sin suministro de agua potable.