Enrique Garrigós; empresario del turrón y actual Presidente de la Cámara de Comercio de Alicante, declaró ante la Comisión de Investigación del Parlamento Valenciano en su condición de ex-consejero de la CAM que a él no le daban información y que no tenía formación para interpretar balances contables. Vamos que era un imbécil que pasaba por allí; como consecuencia de estas declaraciones sus compañeros de directiva de la Cámara de Comercio ya se lo quieren quitar de encima por dar mala imagen de la Cámara en un momento en que los de la Cámara están intentando sangrar a empresarios/comerciantes para que se asocien a Cámara. Si es así el jefe ¡cómo será el resto de la pandilla!
Días antes habían pasado la inefable Mª Dolores Amorós, Enrique López Abad y otros antiguos ¿gestores? que por sus declaraciones, hay que pensar que es una estrategia de sus abogados, daban a entender que su organización era tan eficiente como la de la banda del Empastre. Eso sí, se organizaron por una vez para estafar a muchos de sus clientes con diversos productos financieros que ahora valen el precio del papel en que están impresos y se organizaron para jubilarse a tiempo y prepararse planes de pensiones o sueldos vitalicios.
Está claro que nuestros políticos todo lo que tocan lo convierten en mierda al contrario que el mítico rey Creso que todo lo que tocaba lo convertía en oro, está claro que la codicia del boom inmobiliario ha arruinado a muchas entidades financieras pero esta claro que estos sinvergüenzas/estafadores/tontos útiles/políticos y aprovechados varios de la CAM/BANKIA/Banco de Valencia no deberían de cobrar nada por arruinar a una caja y deberían (si no ir a la cárcel por malversación o estafa) de estar vetados para manejar fondos públicos de por vida.
No es correcto que a una persona que no pueda pagar una hipoteca por que está en el paro le quiten el dinero que ha puesto, la casa y tenga que pagar el valor residual pendiente después de una subasta amañada entre el banco y los odiosos subasteros. Es la ley pero también debería ser la ley que un gerente inútil o estafador también la pague: con su patrimonio, con la cárcel o con la inhabilitación profesional vitalicia o con todo a la vez. Una inhabilitación tan vitalicia como el sueldo que se ha puesto la Sra. Amorós, ni una comunidad de vecinos estaría tranquila con estos "tontos".
P.D.: los antiguos halcones socialistas de Ibi están sobrevolando como buitres (leonados no, porque uno de ellos está calvo como una bola) el partido y ya han colocado a dos de los suyos en las listas para el congreso provincial del PSPV. Son pájaros de mal agüero y podrían ser parte de la herencia de Parra una vez culminada su labor de descomposición moral y política del PP de Ibi. Espero que la gente nueva del PSPV-Ibi les ponga plomo bajo las alas.