Manifas para todos, pero sin desvariar
El derecho a coger la pancarta y a echarse a la calle no se le puede negar a nadie, tampoco a Alianza Nacional. Si alguien cree que va a chocar con ellos y prefiere dejar las Entraetes o el festejo que sea para otro día, también está en su derecho.
Desde el Ayuntamiento, hacen bien en pedir ayuda al primo de Zumosol de la Subdelegación del Gobierno. Ese “a mí, la Legión” para que vengan refuerzos, por la que se pueda montar, no está de más, por prudencia.
No vale la pena escandalizarse porque estas gentes desembarquen en Ibi con sus soflamas, la pena es que toda ideología deja de ser respetable cuando se pasa de patriotera y olvida que todos somos iguales. Eso de las “preferencias por los trabajadores españoles”, se quiera adornar cómo sea, atufa a xenofobia y clasismo.
Si hay poco curro por la crisis, la solución no es echar a los últimos que han llegado, sino darle al coco para buscar nuevos negocios e industrias. El que sobra es porque no quiere dar un palo al agua, independientemente de que su piel sea morena, amarilla o arcoiris.
Con la misma lógica de que tienen más derecho a un empleo quienes estaban antes aquí, los mayores de 50 deberían estar todos colocados, y ya sabemos que en la mayoría de empresas prefieren a jovenzuelos a los que pagarles menos salario y que no protesten.
Quien quiera pureza de raza y le tenga alergia al mestizaje, debería invadir alguna isla de estas llamadas paraíso fiscal para no mezclarse con nadie y tampoco pagar impuestos, todo liberalismo y que cada uno se financie sus inyecciones y tratamientos en clínicas privadas. Todos blancos y españoles, como Dios manda.
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