La última semana ha supuesto un terremoto para la supervivencia de Mayte Parra (+Miguel Ángel Agüera) como política profesional. Más que la posibilidad de una posible condena judicial, siempre sujeta a los tiempos y a los procesos judiciales, su conducta en el despacho de Susana Hidalgo, el último Pleno Municipal o en el Pleno de las Cortes Valencianas, la retratan como una persona indigna de ser representante del pueblo de Ibi. Si hasta ahora la sufrían sus compañeros de consistorio, sus compañeros de partido o sus colaboradores que dependen de ella (+ de Miguel Ángel Agüera) para mantener su sueldo en estos tiempos de zozobra laboral, ahora se ha visto en toda la Comunitat y en toda España que es una persona que no está a la altura de sus responsabilidades y sus representaciones. Mayte Parra ha demostrado fehacientemente que es la peor enemiga de sí misma y que no puede arrastrar al gobierno municipal de Ibi en su acelerado e irracional proceso de autodestrucción. 

Lo que toca ahora es que la Asamblea Local del PP de Ibi tome cartas en el asunto, fuerce su salida (+ la de Miguel Ángel Agüera) como Alcaldesa y concejal del Ayuntamiento de Ibi, y preparen una gestora que decida su futuro Presidente Local y su próximo candidato a la Alcaldía de Ibi. Además, los nuevos tiempos políticos en la Generalitat les favorecen puesto que todo lo que huela a Camps es sinónimo de ineficacia y Gürtel (aquí tenemos a Miguel Ángel Agürtel como contribución local al campismo). Los fontaneros del PP, que los tiene y experimentados, tienen que enterrar en Ibi a una persona que ya es un cadáver político en las altas esferas del PP en la Comunitat y que no va a repetir como parlamentaria en Valencia. Si siguen con el silencio de los corderos se van a cubrir de ignominia y van a perder las próximos elecciones, puesto que gran parte del electorado no sectario del PP de Ibi les va a dar la espalda si siguen con Mayte Parra (+ Miguel Ángel Agüera) de líder. Independientemente del resultado del asunto de las supuestas cuentas helvéticas, que tiene otro tiempo y otro camino.

Y de esta manera se hará caso al eslogan publicitario municipal que proclama aquello de ‘por un Ibi más limpio’. 

P.D.: resulta doloroso ver cómo trata a sus proveedores, como si fueran juguetes, y resulta doloroso ver cómo destroza el honor familiar. Una pancarta es poco para lo que han hecho.