El continuo robo y destrozo de los aspersores de riego del parque municipal Balcó de la Foia ha sido la gota que ha colmado el vaso en el Ayuntamiento de Onil en cuanto a vandalismo en parques y jardines municipales se refiere.
Fuentes municipales advierten de que este tipo de actuaciones incívicas “genera un importante gasto continuo” en concepto de trabajos de reposición y materiales, acarreando asimismo “consecuencias negativas para el mantenimiento adecuado del césped”, dado que el agua de los aspersores no sale como una lluvia, sino que salen “fuertes chorros de los caños rotos, como una canilla abierta, que inundan el parque” y deterioran la hierba. Además de la mala imagen que se ofrece de cara a vecinos y visitantes, las aguas estancadas son un perfecto caldo de cultivo para los mosquitos.
La alcaldesa, Humi Guill, señala que estos comportamientos son “hechos graves”, por lo que anima a los vecinos que sean testigos de este tipo de actos vandálicos a que lo comuniquen inmediatamente a la Policía Local (llamando a la comisaría de Onil: teléfono 96.556.40.01).
Guill añade que “es obligación de todos los vecinos actuar cívicamente en el uso de los bienes e instalaciones puestos a disposición del pueblo”.
“A pesar del carácter y el talante cívico de los colivencs, existen actitudes irresponsables por parte de individuos y colectivos minoritarios con el medio urbano y con los conciudadanos que alteran la convivencia”, afirma la alcaldesa, quien añade que “estas actuaciones anticiudadanas se manifiestan en forma de destrozos en el mobiliario urbano, en fuentes, parques, jardines, en las fachadas de edificios públicos y privados, en las señales de tráfico, en las instalaciones municipales, etcétera, y suponen unos gastos de reparación importantes que desvían la dedicación de recursos municipales a otras finalidades y, al tener que ser afrontados por el Ayuntamiento, son sufragados en realidad por todos los ciudadanos”.